﹒⌗﹒ 🌊﹒ᥣ᥆᥎ᥱ𝑟 | 𝑷𝒆𝒓𝒄𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌𝒔𝒐𝒏 ᡣ𐭩

⋆.˚ 021 𐙚Medusa Head꒱ ᯓ★

Medusa Head

En la cocina de la casa, Medusa estaba frente a la estufa observando algo. Percy llego. No había puertas, era una habitación abierta.

—No siempre es así. —dijo Percy. —Bueno, a veces si es, pero eso fue mucho.

—Va a traicionarte. —dijo Medusa. —Tarde o temprano, las persona como ellas siempre lo hacen. —canturreo la palabra "siempre".

—No creo que ella sea así. —defendió Percy.

—Serás un blanco fácil para ella cuando llegue el momento. —habló.

Percy dio unos pasos hacia adelante.

—¿Y a ti que?

—Tu madre y yo, somos como hermanas. Atacadas por el miamos monstruo. Por eso siento que debo protegerte. —respondió dejando al chico confuso.

—¿Un monstruo? Mi mamá jamás se referiría a mi padre así. —expresó Percy.

—¿Y en donde esta tu madre? —quiso saber Medusa mientras volteaba levemente la cabeza. —¿Está... a salvo?

—No... No lo está. —negó.

—¿Y confías en tus amigos para que te ayuden a traerla a salvo? ¿Te dejaran ponerla a salvo si interfiere con su misión? —el joven miro al costado y ella continuó. —Yo podría ayudarte a removerlos de la ecuación para que te liberes de ellos. Si me lo pides. —sin embargo, sus palabras quedaron al aire. Nadie contestó.

Se dio la vuelta y al hacerlo no había nadie atrás de ella. Se dio la vuelta por completo y sacó el sombrero con velo que cubría su cara. Al instante las serpientes de cabello se liberaron. Dejo el sombrero en la tabla de cortar y camino.

Camino al comedor donde anteriormente el sátiro y la rubia semidiosa comían de las delicias en la mesa, mientras Annabeth permanecía parada. No había nada, nada a excepción de la caja de los zapatos que Luke le dio a Percy.

Se asomó por la ventana. La furia seguía ahí en espera del joven semidiós. Volteó la cabeza hacia la puerta abierta del otro lado de la habitación.

•••

Grover llevaba los tenis rojos de Luke. Estaban en una habitación obscura. Su vista estaba en las escaleras por las cuales habían bajado. En el piso de arriba los tacones de Medusa provocaban ruido y la puerta se abrió. Las escaleras se prendieron de fuego por la orilla en un caminito de ahí.

Y el fuego prendió todo el salón, la luz era la suficiente para notar la mayoría a su alrededor; estatuas, y estatuas, y estatuas, y más estatuas. Percy dio vuelta sobre su eje observando el lugar hasta que enfrente suyo una estatua apareció.

—¡Ah! —soltó un grito. Los otros tres chicos detrás de él miraron la estatua de la persona y observaron todo.

Estatuas, y estatuas, y más estatuas. O bueno. Persona petrificadas. Era como un laberinto de gente petrificada. Los cuatro chicos voltearon hacia la puerta cuando  se escuchó ruido de esta.

—¡Rápido! —dijo Annabeth jalando del brazo de Winfred por unos segundos, quien a su vez jaló a Percy por unos segundos.

Caminaron rápidamente entre las estatuas.