༒☬ 𝓑𝓪𝓭 𝓼𝓸𝓬𝓲𝓮𝓽𝔂 ☬༒

༒ 27 ༒

| LuHan |

Ni si quiera el río Han sería testigo de lo que sucedería esa noche con nosotros, lo mantendremos guardado como un hermoso recuerdo. Esa noche decidimos ser cómplices del mismo delito y sonreíamos descaradamente en la privacidad del asiento trasero del vehículo. La noche pasó de sentirse helada a envolvernos con un calor abrasador. Las ventanas para ese momento ya se encontraban empañadas, evidenciando que jugaríamos con fuego al menos por esa noche, dispuestos a quemarnos con tal de volver a ser uno, una vez más. Me encontraba desnudo, el chico que amaba observaba mi cuerpo desde arriba con un brillo muy especial, sabía de sobra que lo volvía loco mi desnudes y yo estaba orgulloso de ello.

— ¿Te gusta lo que ves? — Musité con coquetería.

— Más de lo que te imaginas bebé.

Le permití abrir mis piernas a su antojo, era jodidamente incómodo hacerlo dentro del carro por el espacio tan reducido, pero era lo que teníamos y sí de esa forma podríamos hacerlo sin que nadie nos detenga era lo que haríamos. El hombre se encargó de invocar jadeos y suspiros en mi cuando con su boca volvió a besar las zonas más sensibles de mi cuerpo.

No hubo lugar en mi cuerpo que no recorrió con su boca, podía sentir como sus manos recorrían mi desnudez y mi piel se erizaba deseosa por más contacto, por más intimidad.

Cuando empujó su miembro dentro no pude respirar más, me fui directo al limbo mientras mis ojos se cerraron por el doloroso placer que estaba recibiendo de su parte. Aún cuando solía follar a menudo con un hombre despreciable, SeHun no volvió a tratarme más como un chico cualquiera, no perdió detalle de mi expresión y mientras era follado rudamente me susurraba cosas tan lindas, rayando en lo romántico y Dios, no pude sentirme más excitado por eso. El vehículo se movía, éramos muy exigentes en el sexo, así que nos importó muy poco estar en un lugar público y follar con fuerza. Ambos usamos condones para no manchar los asientos traseros, por eso a pesar de venirse y no empapar mi culo, me sentí tan completo en medio de tan fuerte orgasmo.

Agitado y sudoroso, luché por recuperarme entre besos profundos para invertir los lugares y ser yo el que lo montara. Hubo una lucha en mi cabeza para no pensar en el mañana, de alguna manera mi subconsciente me quería arruinar la noche con el pensamiento de su matrimonio pero cuando eso venía, me portaba más desesperado y saltaba sobre su erección con más ganas.

— ¡Aahh! ¡Ah sii! ¡Mmmmng!

Mis manos se aferraron al trabajado torso del chico, mientras me enterraba profundamente para sentir su dureza hasta el fondo y Dios, lo lograba, en ciertas ocasiones podía sentir como daba en mi punto dulce. El chico sonrió ante mi expresión lujuriosa, disfrutaba tanto como yo y lo sabía por sus jadeos. Me tocaba los muslos, también llegó a masturbarme cuando mis saltos dejaban de ser tan constantes y solía solo menear mi culo de adelante hacía atrás.

— Solo quiero llevarte a un maldito hotel, vamos, déjame hacerte mío toda la maldita noche y madrugada. Te mereces un lugar, mnh, un lugar mejor como el rey que eres. Déjame joderte en un maldito hotel lujoso, mereces algo mejor que el asiento trasero de mi auto.

Mi culo se contrajo cuando el hombre comenzó a hablar de llevarlo a un hotel, diciendo que me merecía algo más que una follada en el auto. Luché contra mi cuerpo pero fue imposible no estremecerme, me había hecho sentir tan importante, como si fuera de la maldita realeza. Me incliné y lo besé emocionado por su propuesta.

— Vamos, no será suficiente y te prometí darte la mejor despedida de soltero.

El volvió a atrapar mi boca y con sus manos se aferró a mi rostro para que lo besara por más tiempo. Me fue imposible no pensar que lo nuestro era amor, un amor pasional pero en fin amor. Me convencí a mi mismo de creer que el chico no era capaz de ver lo que éramos juntos y por eso a pesar de siempre sentirse complacido con mi cuerpo buscaba continuar con ese matrimonio. Más tarde exprimí hasta la última gota de semen con mi culo y arqueando mi espalda gemí su nombre.