Capítulo 21: Un dolor que no se puede ocultar

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Un joven de mirada profunda se encontraba bebiendo una copa, mientras platicaba con otros jóvenes en una oficina.

Entonces, ¿no piensas aún buscarla?, decía uno de los jóvenes.

Así es Zamas, no le daré el gusto, ella es quién debe suplicarme que regrese con ella,..., respondía Black.

Pero ya han pasado 2 semanas, ¿no?, además cerca de ella está Jiren, y tu mencionaste que él...., agregaba otro de los jóvenes.

Jiren, no es problema, él ya no está en el edificio, yo me encargue de que su jefe lo envié por unos meses lejos de este pueblo,..., respondía Black.

¿Y cómo le hiciste?, dijo Zamas.

Me valí de mis contactos, ustedes mejor que nadie me conocen, y saben que no soporto que se metan con lo mío, y Jiren quería hacerlo,...

Pero tú...

Eso ni lo menciones Diecisiete, que yo no metí con lo suyo, fue su chica la que insistió y bueno pues, uno es hombre, ¿no?, decía Black.

Eso es cierto, contestaron los otros jóvenes.

No hay nadie capaz de quitarme lo que es mío, por lo mismo, Milk nunca dejará de ser mía, ella todos los días me deja mensajes de voz, pero yo no pienso responderle nada hasta que no mencione la palabra clave, Black haré lo que me pediste, decía el joven de mirada profunda.

Pero ello es humillante, expreso Zamas.

Sí, es cierto, acotó Diecisiete.

Mejor dejemos de hablar de mi vida privada y pongámonos de acuerdo para lo que vine a verlos, dijo Black.

Bien, contestaron el par de jóvenes.

Capital Central:

Una adelgazada pelinegra platicaba por celular, mientras se preparaba algo para comer.

Disculpa amiga, pero hoy no puedo, decía Milk, con la mayor calma que pudo.

¿Te pasa algo Milk?, escucho.

No, no Dieciocho, todo está bien, contesto la pelinegra.

Tendré que creerte, escucho.

Dieciocho, tal vez en otra oportunidad podamos salir nuevamente, dijo la pelinegra.

Si, ojalá y sea posible, Bulma, tú y yo tenemos tanto de que hablar, además me gustaría que conocieras a alguien que conocí por mi novio,..., escucho.

Dieciocho, tengo que colgar, o se me quemará el aderezo, pronunció Milk.

Bien, comprendo, te llamo nuevamente en estos días, escucho.

¡Discúlpame amiga! pero aún no me siento preparada para contarles lo que estoy pasando, pensaba la pelinegra, mientras miraba un portarretratos que estaba sobre una mesa, en la cual estaba ella y su pareja. Black, ¿por qué no devuelves ninguna de mis llamadas?, ¿hasta cuándo piensas dejarme sola?

En tanto:

Un par de jóvenes caminaban por una tienda de automóviles, mirando uno a uno los mismos, mientras platicaban.

Por mí no hay problema, decía Gokú, mientras detenía sus pasos frente a un auto.

Ese modelo es espectacular, pronunció Krilín.

Si, se nota muy confortable, y sus cuotas están a mi alcance, contesto el joven de cabello alborotado.

Tienes razón, creo que yo también optare por esta marca, decía el calvo, mientras un hombre maduro se acercaba a ellos.

ROMPIENDO CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora