En un juego lleno de estrategias, la luz y la oscuridad encuentran su equilibrio perfecto. Ambos se necesitaban y el destino se encargaría de unirlos.
⋆ Todos los personajes pertenecen a la autora Verónica Roth, excepto alguno que otro de mi propied...
Estaba nerviosa, sentía que no podía caminar, las piernas me estaban por fallar en cualquier momento, la maldita prueba me tenía sin control.
Cardán camina a mi lado, no entiendo cómo el puede estar tan tranquilo al saber que hoy nos dirán la facción a la que pertenecemos verdaderamente. Tengo miedo de el resultado, tal vez porque me aterra tener que dejar erudición y a mi hermano, pero me asusta más tener que quedarme. A pesar de que podemos elegir sin importar el resultado.
Aún que nunca me sentí parte de mi facción en sí, no suelo ser curiosa por todo, nunca fuí obsesiva por la búsqueda del conocimiento y el aprender nuevas cosas, es como si no supiera bien en dónde pertenezco, eso es algo que también me asustaba, una parte de mi sabía que no se quedaría en erudición a pesar de los resultados.
Las cosas últimamente han estado difíciles con todo el tema de los conflictos entre erudición y abnegación. Y tomando en cuenta que mis padres trabajan en la parte superior de la facción junto con nuestra líder Janine. Si mi hermano y yo nos vamos sería un festín para crear rumores, pero si nos quedamos solo estaríamos involucrados en un problema más entre facciones.
Esto es una tormenta.
Llegamos al edificio principal, cada facción tenía su lugar, mi hermano y yo nos ponemos junto a los nuestros, esperando a entrar, hoy solo tendremos medio módulo de clases, ya que el resto del tiempo se le dedicará a realizar las pruebas de aptitud, cerca de nosotros están los de verdad, volteo y hay un chico veraz molestando a un abnegado, es algo que se suele ver a menudo, no entiendo porque los abnegados no ponen límites, supongo que cada facción tiene sus conceptos.
Un instante después se empezo a escuchar barullos, eran los de osadía, llegaban en su típica forma, saltando del tren para después correr todos en grupo, admito que siempre me parecieron increíbles, temerarios y intrépidos.
Deje de prestarles atención cuando mi hermano me tocó el hombro y me hizo volver a la realidad.
- Tranquilízate Arabella, todo estará bien, solo es una prueba, y luego nos iremos a casa- dijo mi hermano tratando de calmarme, el siempre suele hacerlo cuando entro en pánico por algo, es el mejor.
- Solo una prueba? De esto depende nuestro futuro car, no entiendo cómo puedes estar tan tranquilo- Contradije.
- Es que tú sueles entrar en pánico por todo - le di una mirada de reojo y dejé de escucharlo.
Tal vez tenía razón, quizas yo era el problema. ¿Tal vez? Definitivamente yo era el problema, me preocupaba demasiado por las cosas, aún por lo más insignificante, tenía que empezar a cambiar eso, o sino nunca confiaría ni en mi misma.
Que desastre.
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Nos iban llamando por lista cada 10 alumnos, escuché mi nombre seguido del de mi hermano, encaminamos juntos hacia la salida de la cafetería para ir a dónde nos harían tomar la prueba, llegamos, era un salón al lado del otro, antes de entrar ví a Cardán de reojo, este me hecho una mirada de "buena suerte" y entro, que fácil debe ser para el, pensé, nunca se muestra nervioso o preocupado, jamás he visto ese sentimiento en el, debería decirme cómo lo hace.