Capítulo 2

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Hoy era el día, la ceremonia de elección, admito que la noche anterior no dormí nada pensando en lo que pasó con la prueba de aptitud y eso de ser divergente, además, razonar en cuál es la facción que debería elegir.

Ahora mismo estaba arreglandome para ir a la ceremonia, me puse un típico conjunto azúl y mis tenis.

Mire el escritorio de mi habitación, ahí estaba el collar que mis padres me habían regalado por mi cumpleaños 16, tenía un dije en forma de estrella, todos sabían que me encantan, siempre solía subir hasta el tejado en el noche para poder verlas.

Me lo puse y me ví una última vez en el espejo.

- ya estás lista?- oí la voz de mi papá llamándome - tu hermano y tu mamá nos están esperando abajo-

- si estoy- dije y me apresuré a caminar a la salida.

- segura que estás bien Ara?- dijo mi papá deteniendo mi paso.

"Ara" solo el me llamaba por esa abreviación, mi mamá y mi hermano siempre estuvieron acostumbrados a decirme por mi nombre completo. Lo adoro, siempre tuvimos una buena relación, admito que me dolería distanciarme de el si llegara a escojer otra facción.

- sí estoy bien, solo nerviosa, por la ceremonia- contesté.

Es obvio que no estaba bien, estaba aterrada, y mi familia lo sabía, anoche llegué y no hice nada más que correr a encerrarme en la habitación, ni siquiera hable con Cardán camino a casa, supongo que el también habría quedado desconcertado con lo de su prueba.

- Ara, tal vez tú mamá no lo tome así, sabes que ella es muy obsesiva con eso de mantener la reputación de la facción y de la familia, pero, lo que sea que elijas, va a estar bien, te quiero hija. -

Dios estaba a punto de llorar, no podía hacerlo, no podía irme, pero no quería quedarme.

Camine unos pasos y abrace a mi papá con fuerza - yo también te quiero pa -.

Quería volver a desmayarme.

Llegamos al edificio principal y nos sentamos juntos a los demás de Erudición

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Llegamos al edificio principal y nos sentamos juntos a los demás de Erudición.
Antes de empezar nuestra líder Janine y el líder de abnegación dieron un pequeño discurso, de "motivación".

Mi madre ni siquiera se inmutó a hablarme en todo el rato que llegábamos al edificio, solo me dió una mirada y entendí a lo que se refería, ella estaría muy molesta si Cardán o yo nos vamos, para ella la reputación lo es todo, no le importa nada más.

Frente nuestro había cinco cuencos cada uno con el material correspondiente de cada facción, pedazos de cristal para verdad, tierra para cordialidad, piedras para abnegación, agua para Erudición y brasas encendidas para osadía.

El líder de abnegación empezó a llamar a las personas que elegirían hoy, a medida que pasaban cada vez quedaban menos.

Volví a la realidad cuando escuché el nombre de Cardán, acto seguido este se levantó de su asiento y me dió una sonrisa de confianza y luego a mis padres.
Camino hacia los cuencos y se posiciono frente a uno de ellos, hubo silencio por un rato, hasta que Marcus hablo.

𝐃𝐀𝐑𝐊𝐍𝐄𝐒𝐒 - 𝐞𝐫𝐢𝐜 𝐜𝐨𝐮𝐥𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora