22

1.6K 217 14
                                    

James se mantiene cerca de Regulus.

Junto a sus guardaespaldas, ambos tienen la orden de cuidar a Wonka, incluso si eso significa descuidarlo a él o ponerlo en riesgo de muerte.

No confía en Pettigrew. Sabe que los Black no harán nada, él sabe muchos secretos de ambos. Pero Peter sigue resentido de cuando él lo rechazó en la escuela.

Y contra la policía no puede hacer nada porque es la ley.

-Reg, cariño. Deja que te ayude- pide Potter encendiendo un cigarrillo- puedo comprarte la fábrica que quieras.

Wonka tose a su lado antes de responder.

-No, James. No voy a aceptar.

Potter tira el cigarrillo y lo pisa. Comprende que le hace mal a Regulus. Intentará no fumar más y mucho menos cerca de él.

-Sabes que no es un gasto significativo para mí.

-Y tu sabes lo mucho que quiero valer por mi mismo.

El ambiente queda tenso. James se siente regañado y no dice nada más.

Esa tarde de lluvia se sienta a su lado a verlo preparar chocolates.

Cae dormido en la mesa, Regulus también.

Despiertan por un ruido frente a ellos.

-¡Te tengo! Viste James, él es el hombrecito naranja.

-Soy un Oompa Loompa, no soy ningún hombrecito naranja.

-Sí y él no es el señor amargado.

-Wow- exclama James mirándolo de cerca- no lo puedo creer.

-La pregunta acá es por qué me robas el chocolate.

-¡Es mío! ¡es de mi isla! tu, tu llegaste y te lo robaste. Justo estaba yo de guardia. Me echaron de inmediato.

-Oh, lo siento señor Oompa Loompa.Pero no puede robármelo, no tendré cómo seguir haciendo chocolates y cambiar al mundo.

El hombrecito rie.

-¿En serio cree eso?- le pregunta a James. Potter asiente.

-¿Te burlas de mi chico?- pregunta molesto.

-Oh no, me burlo de ambos. Yo solo quiero mi chocolate. Ustedes hagan lo que quieran y sean tan dementes como deseen.

-Ya le dijo que lo necesita. ¿Cuánto dinero quiere? ¿un millón? ¿dos?

-Ni todo el dinero del mundo puede comprar nuestro cacao.

-Por favor señor Loompa. Lo necesito.

-Debe devolverme lo que se robó.

-Venga, que amargo eres.

-Sabes que te puedo encerrar en un frasco de por vida ¿no? ¡o mejor!  tengo un ejercito entero cuidandonos. Los Oompa Loompa no morimos así.

-Bien, si no nos dejas en paz iré a tu isla y los encerraré a todos.

-James, James, James- llama Regulus poniendo una de sus manos en el pecho del mayor- tiene razón- concluye decaído- yo lo tomé, no pensé que sería un crimen. No había nadie.

-¡Tres tomó, tres granos!

-Bien, lo devolveré.

-Pero, ¿y el chocolate?

-De cualquier forma será imposible que lo venda con esos empresarios que me persiguen. Hoy no me molestaron porque estabas tú, pero no vas a estar siempre.

-Siempre estaré para tí, Regulus- James besa los nudillos de su mano.

Wonka//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora