Capitulo 3 💞

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Con movimientos torpes abrieron la puerta de la habitación y ni siquiera se dieron tiempo de contemplar lo bonita que esta se veía, simplemente ellas no querían perder tiempo.

La primera ropa en desaparecer fue el abrigo y zapatos de Enid, todo eso lo hacían sin dejar de tocarse y besarse, ambas eran un desastre pero sobre todo la rubia era la que más gemidos emitía, era sin duda una sensación que querría repetir, aunque tal vez su parte sobria no estaría de acuerdo ¿o sí?

Los besos de Merlina fueron bajando hasta su cuello pero la camiseta de la rubia le
impedía lamer esa zona a su gusto así que también se la quitó y de paso los pantalones y la ropa interior, dejando a Enid completamente desnuda y expuesta para ella.

En condiciones normales la rubia estaría totalmente avergonzada pero en el estado en que estaba ahora esto solo la excitaba con demasía, pues ver a la pelinegra recorrerla con la mirada y morderse el labio era una imagen totalmente sexy.

-Te gusta lo que ves?-preguntó ella sabiendo la respuesta.

-Oh nena, no sabes cuanto- respondió merlina.

Merlina volvió a atacar los labios de Enid mientras con sus manos le apretaba los
glúteos y de rato en rato tanteaba la entrada de esta sacándole más gemidos, a pasos
rápidos llegaron hasta la cama, pero antes de dejarse caer sobre ella la rubia comenzó a desvestir a Merlina , cuando la tuvo totalmente desnuda se tomó unos segundos para contemplar su cuerpo, se notaba que hacía ejercicios.

Enid se sentó en el borde de la cama y con sus manos jaló a Merlina para que quedará
más cerca a ella, de tal manera que el miembro de la pelinegra quedó a centímetros de su cara.

Una de las manos de la rubia tomó la polla de Merlina y lo comenzó a masturbar con movimientos lentos de arriba a abajo.

- Mmmgh -gimió Merlina- Enid, no juegues por favor, más rápido.

La rubia sonrió ladina , le gustaba la forma en que Merlina pronunciaba su nombre y eso también la excitaba, bueno a este punto ya todo podía excitar a Enid.

-¿Más rápido? okey- dijo.

Merlina se esperaba un movimiento mucho más ágil por parte de la mano de su
compañera sexual, pero recibió algo mucho mejor y ante la nueva sensación abrió los ojos que tenía cerrados, la imagen que veía era algo con lo que fácilmente podía correrse, pues Enid había reemplazado su mano por su húmeda boca tratando de meter todo el miembro de la pelinegra en su cavidad, pero fallando en el intento.

-M-mierda -musitó Merlina- s-sigue así.

Eso solo motivó a la rubia a continuar con su gran labor de chupar y succionar, la pelinegra llevó una de sus manos al cabello de Enid para ayudar al movimiento y sus caderas también comenzaron a moverse de adelante a atrás.

Enid se estaba ahogando pero no quería dejar el miembro de la contraria, se había vuelto como su dulce favorito.

Cuando la pelinegra se sintió cerca del orgasmo alejó a Enid y la empujó contra la cama de tal forma en que quedó echada, ahora era su turno de darle placer a la rubia, con sus manos abrió lo más que pudo las piernas de Enid y lamió su clítoris.

-Ah s-sí gemía Enid curvando su delgada espalda - M-Merli... f-fóllame p-por favor... quiero s-sentirte... ahhh

Merlina se separó y rápidamente tomó los tobillos de la rubia tirando de ellos abriendo más sus piernas en el proceso. Metió uno de sus dedos en la entrada de la rubia y comenzó haciendo círculos dentro de ella , luego introdujo uno más así hasta llegar a tres dedos, tenía que preparar bien a la rubia ya que su miembro no era precisamente pequeño.

Enid soltaba muchas maldiciones, si solo los dedos de la pelinegra la estaban haciendo ver las estrellas no se quería imaginar cómo sería cuando esté completamente dentro de ella.

Cuando la pelinegra creyó suficiente la preparación retiró sus dedos e inmediatamente los reemplazó por su pene dando estocadas lentas pero profundas haciendo que la rubia se retorciera de placer.

-Mierda, eres muy grande -dijo Enid con la boca entreabierta. ( No la compares con tu esposo ,que ese no llega ni a 6 cm)

-Y eso te gusta? -susurró muy cerca del oído de la contraria.

-Me encanta.

Merlina comenzó a mover cada vez más rápido sus caderas mientras su mano se
colocaba en el cuello de la rubia y lo apretaba ligeramente, Enid nunca había
experimentado esa clase de acciones en el sexo, pero le fascinaba esa actitud dominante de la contraria y era algo que sin duda iba a repetir.

-Mer.... ah... quiero m-montarte -susurro la rubia pero la pelinegra la oyó
perfectamente.

Merlina no respondió, simplemente hizo lo que Enid pidió.

De un momento a otro Enid se encontraba dando erráticos saltos sobre la entrepierna de Merlina y esta ayudaba con estocadas, ambas eran un completo desastre y en la cama se complementaban de una manera única, pues para ambas este era el mejor sexo que habían tenido en sus vidas.

El sonido de las pieles chocando, las respiraciones agitadas y el sudor en sus cuerpos eran un poema, Merlina bajo la mirada para observar como el coño de la rubia le comía toda su polla y eso logró ponerla muchísimo más.

-Voy a correrme Mer.

-Hazlo.

Entre gritos, jadeos y gemidos ambas terminaron a la misma vez y se dejaron caer en la cama agotadas quedando dormidas al instante, hoy pudieron disfrutar pero mañana les tocaba la parte difícil y esa era hablar sobre lo ocurrido.

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Espero que les esté gustando la historia, nos vemos en el siguiente capítulo.

Tú, Eres Mía  ( Wenclair G!P )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora