Capitulo 39 💞

2.6K 226 22
                                    


-¡Sí, te mentí e inventé todo! -aceptó Maddie con rabia- ¡todo fue por tu culpa, Merlina! ¡¿Crees que no sé de todas tus aventuras con está?! -señaló a la rubia- ¡Sé que
la primera noche que te acostaste conmigo fue para borrar el rastro de tu amante, porque antes de estar conmigo ya habías tenido sexo con ella! ¡¿Me equivoco?!

La castaña no podía parar de llorar al recordar cada mentira que le había dicho la pelinegra en su momento. Ella sabía muchas cosas, entre ellas, que Merlina jamás llegaría a amarla, fue por eso que recurrió al embarazo pero para su desgracia salió mal.

-No dices nada porque sabes que es cierto -soltó una risa amarga- ¿Sabes? aquel día
del accidente de Enid, yo lo vi todo y no te imaginas la gran satisfacción que me dio
cuando la atropellaron y a causa de eso perdió a su hijo, creí que quedaría con secuelas irreversibles, pero me equivoqué, quizás en vez de una camioneta, debí contratar un tráiler para que la arrolle.

La causante del accidente de Enid había sido Maddie, y eso enfureció a Merlina,
quien se quiso abalanzar sobre ella pero fue detenida por la rubia, que aunque estaba
afectada, aún quería seguir escuchando lo que tenía para decir la castaña.

-Lamento arruinar tu vida perfecta Merlina, pero tú me obligaste a actuar de la forma en que lo hice, yo solo quería que me amaras, pero ¿cómo podía pedir eso? si ni siquiera mi propia madre me amó y se marchó. Solo espero que tu noviecita te ponga el cuerno de la misma manera en que lo hizo con su esposo, y con respecto a ti -dijo refiriéndose a Enid- ojalá que después de tu aborto tu vientre haya quedado seco y nunca más puedas tener hijos.

Dicho todo eso Maddie se dio media vuelta y desapareció, dejando a la pareja perpleja
sin saber cómo reaccionar.

Luego de unos minutos después de procesar todo, Enid rompió en llanto y enseguida fue
abrazada por su novia.

-¿Cómo puede existir alguien tan cruel?-dijo llorando- jamás le hice nada.

-Ya sé, cariño -Merlina besó su frente- pero todo lo último que dijo es basura al igual
que ella, no le hagas caso, verás que seremos felices y tendremos muchos mini solecitos corriendo por la casa.

-Yo quiero mini Merli -dijo la rubia sonriendo entre lágrimas, muy tierna ante los ojos de la pelinegra.

Merlina sonrió y besó su frente.

-Entonces serán mini nids y mini merlis -respondió- amo ver tu sonrisa, es
demasiado hermosa.

-Bueno, si quieres verme sonriendo por más tiempo, deberíamos comenzar con la
fabricación de los bebés.

-¿Ahora? -preguntó sorprendida por el cambio repentino de Enid.

-Ahora.

Merlina cerró la puerta y con su novia en brazos llegó hasta la habitación, y tal como
sugirió Enid, comenzarona hacer a su futuro hijo o hijos.

∞∞∞∞

Esther Sinclair volvía a su empresa después de varios días, pues no se sentía capaz de
mirar a la cara a su esposo, inclusive se habia ido a otra de sus propiedades para vivir ya que en su mansión vivía Murray y no quería incomodarlo.

Los empleados de "Good Food" veían a la mujer caminar por los pasillos y se sorprendían, pues no quedaba nada de la imponente mujer que había sido su jefa, ahora en su rostro se podían apreciar grandes ojeras y en general lucía muy demacrada.

Al llegar a la oficina donde su esposo estaba tomó aire como para reunir fuerzas y por fin ingresó.

El señor Sinclair estaba revisando algunos documentos junto a Divina Watson, cuando la puerta fue abierta, elevó su vista y se encontró con los ojos tristes de su aún esposa, ella lucía muy delgada como si no hubiera probado bocado desde la última vez que se vieron.

Divina hizo una reverencia y salió de la oficina para darle espacio al matrimonio, una vez que estuvieron completamente solos no sabían qué decir, parecían dos extraños.

-Hola... -Esther fue quien habló primero- te he extrañado mucho.

Murray quiso correr y rodearla con sus brazos, él también la había echado de menos, pero se contuvo, la mujer frente a él había lastimado el corazón de su hija y eso era imperdonable para él, por esa razón abrió el segundo cajón de su escritorio y sacó un sobre que contenía unos papeles muy importantes.

Miró el sobre durante unos segundos y con el dolor de su corazón se lo entregó.

La mujer lo tomó confundida y mientras lo abría, su esposo continuó hablando tratando que la voz no se le quiebre.

-Ajax y Enid ya se divorciaron -suspiró- ahora nos toca a nosotros, Esther.

La mujer soltó los papeles de inmediato esparciéndolos por el piso y elevó su mirada buscando una explicación.

-Yo te amo, Murray -dijo al borde de las lágrimas- se que me equivoqué, pero por favor no me castigues de esta manera.

-Será mejor que recojas los documentos y los firmes -dijo- no prolonguemos más esto,
la mitad de las acciones de la empresa son tuyas, al igual que la mitad de nuestras
propiedades, puedes hacer lo que quieras con ellas.

-Murray...

El nombrado salió de su oficina, se dirigió a los servicios higiénicos y dejó que las lágrimas salieran calmando la opresión de su pecho.

Por otro lado, Esther también lloró enojada con ella misma, porque por sus malas
acciones perdió a su hija y al hombre que amó desde que era una adolescente.

Con las pocas fuerzas que le quedaban reunió todos los papeles y los firmó, para después dejar todo sobre el escritorio de su esposo... ex esposo y salir del edificio.

Otro caso de una historia de amor que llegó a su final.





....

Tú, Eres Mía  ( Wenclair G!P )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora