❂Mi Otro Yo✪

_El Inicio de un problema_

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Año:2023

Después de una cena romántica con tu pareja ¿qué puedes esperar?

La mayoría diría que tal vez una noche de cariño y amor se les esperaría o incluso una tranquila madrugada de piropos. Todo termina en unirse más y saber que el amor persiste.

Y bueno... esa "cena" le había ocurrido a Duxo y Aquino. Así es, no les estaba yendo tan bien.

Lamentablemente nada se podría esperar de sus tres años como pareja. Al final la cena no había salido tan bien y no supieron como ni cuando pero ya se habían comenzado a gritar.

Prefirieron regresar a casa y tratar de olvidar ese momento tan incomodo, pero el orgullo de Duxo le gritaba que debía ganar la discusión.

Entraron molestos y con la cabeza llena de coraje empezaron de nuevo.

—¡¡Tal vez si no te hubieras quedado viendo al mesero todo hubiera sido diferente!!—

—No empieces de nuevo Duxo; y ya te dije que yo no mire al mesero. Aveces te pasas de enfermo.—

—¿¡Enfermo!? ¡Esa es una barrera que no quieres tocar Juan Diego Aquino!—

Aveces podían pasarse con sus palabras. Obviamente jamas llegaban a los golpes por que.. ¿no? No se odiaban, solo su relación había caído en la monotonía.

—¡Como putas quieras! Yo me largo, no voy a dormir con un patan.— Grito Duxo mientras tomaba las llaves de la casa.

—¡Bien! ¡Lárgate, no es como que alguien te espere en tu casa!— Golpe bajo.

Duxo, ya harto, se acerco a Aquino y lo último que hizo fue darle una fuerte cachetada.

—¡QUE TE ESPERE TU PUTO MESERO!—

Después de eso no se escucho mas que el fúnebre silencio en toda la sala.

—Mierda...— Dijo en un arrepentido suspiro.

Se tumbo al sillón y con tristeza saco la pequeña caja que había estado guardando en su bolsillo.

Si, era la típica caja aterciopelada color rojo. Saco el brillante anillo de su interior y lo observó con detenimiento.

—¿Ahora que voy a ser?— Se dijo.—¡Que estupido soy!— Se golpeó a si mismo.

Decidió que su cuerpo calmara su estrés con una pequeña siesta. No quería pensar en nada más...

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Año:1964

En una habitación oscura, ya hacían dos amantes haciendo lo prohibido.

Mientras que uno jadeaba el otro se encargaba de dar todo el placer posible a su perfecto novio.

—Mierda..! A-Aquino~.— Se aferro a las sabanas mientras arqueaba su cuello.

—¿Quieres que me detenga cariño?~¿Quieres cambiar de posición?~.—

—¡No! ¡No carajo!~ Maldita sea Aquino~.—

Permanecieron así durante un rato más. Si ellos pudieran se quedarían así para toda la vida, unidos carnalmente para siempre.
Sonaba exagerado, pero con ellos no se podía esperar nada más que una relación intensa y llena de pasión.

—¡Ah~! Besame~ ¡Besame Aquino~!— Suplico.

Obviamente su preciado hombre no lo dejaría con las ganas y con rapidez acerco su rostro al de su amante para besarlo con lujuria y desesperación.