_libro de besos_

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1964

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1964

Leía y releía el libro pero seguía sin entenderlo.

Solo había metáfora tras metáfora y cada que avanzaba dejaba de tener sentido.
Ya le dolía la cabeza de solo pensarlo.

—¡Al menos una señal de que mi Aquino existe aún!— Gruño.

Cansado aventó el libro y se acomodo sobre su cama. Ya estaba harto de tener que investigar cada cosa que haga ¿no podían darle la respuesta y ya?

Mientras se levantaba para recoger el libro, su teléfono fijo se escucho.

No planeaba contestar pero el sonido era sumamente irritante.

—¿¡Hola!?—

(—¡Duxo! ¿Qué tal?—)

—¿Necesitas algo, Natalan?—

(—Si ¿Sabes si Aquino esta en la ciudad? No me contesta las llamadas ni de su casa ni oficina.—)

—Eh... No esta, salió.—

(—¿Seguro? Soarinng me dijo que estaba en su oficina el día anterior.—)

—Salió hoy en la madrugada ¿para qué lo quieres?—

(—Cosas de negocios, no te entrometas Rethey. Eso era todo, hablamos.—)

Ahora Natalan colmaba su paciencia, que excelente día.

Aquino intentaba respirar tranquilamente, evitando el impulso de idiotes que lo haría responder lasllamada

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Aquino intentaba respirar tranquilamente, evitando el impulso de idiotes que lo haría responder las
llamada.

Moría de curiosidad, pero no quería desobedecer las ordenes de Duxo, pero realmente quería responder.

De nuevo escucho el sonido del teléfono sobre la mesa principal.

—Duxo va a matarme.— Suspiro rendido.—¿H-hola?—

(—¡Aquino!—)

Reconocería la voz de Natalan incluso en otro universo.—¿Hey..?—

(—Pensé que no estabas en casa eh..—)

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