_La Paz Que Deseabamos_

270 57 45
                                    

{Epilogo}

20 de octubre del 2026..

La alarma sonó como normalmente lo hacía.

Con pereza, Duxo busco el cuerpo de Aquino entre las sabanas, pero al sentir su lado frió abrió sus ojos desconcertado.

Su mente somnolienta pensó que tal vez había ido al baño, pero al revisar bien, su cerebro por fin noto un solo bello tulipán rojo sobre su almohada.

Fue sumamente extraño y para nada normal.

Con cuidado la agarro y camino hacia la sala en donde tampoco encontró a Aquino, pero si una nota.

"Buenos días cariño! Lamento no poder estar contigo esta mañana, pero al menos disfruta el desayuno que te e preparado.

Te amo.

-Aquino.

PD: No lo serví por que temí que se enfriara."

No pudo evitar sonreír ante la adorable nota.

Con gusto se sirvió el desayuno y comió con tranquilidad. Se sentía un poco mal por hacerlo solo, pero no es como que nunca halla desayunado solo.

Esas últimas semanas había estado desayunando solo por las apresuradas salidas de Aquino, aunque todas esas veces al menos podía verlo despertar a su lado.

Con normalidad lavo sus platos y se adentro a su armario para cambiarse.

Pero al parecer ese día estaría lleno de sorpresas, pues en la puerta del closet también había otra nota.

"Se la belleza que eres, pero este día tan especial necesitas ponerte aún más bello.

-Aquino."

Si, algo tramaba.

Decidió tomarse un baño y ponerse el mejor atuendo que tenía, o al menos su favorito.

Antes de lavarse los dientes, miro la nota del espejo algo mojada por el vapor que dejaba el agua caliente.

"No olvides revisar tu celular.

-Aquino."

Rápidamente corrió por el, notando que lo había dejado cargando.

Habían un par de notificaciones. Amigos felicitándolo por su cumpleaños y uno que otro anuncio del banco.

Inesperadamente recibió una llamada, no de Aquino, habrían sido demasiadas coincidencias.

(-¡Duxo!-) aquella voz chillona tenía que ser la de Soarinng.

(-¡Feliz cumpleaños guapo!-.)

-Gracias Soa-. Dijo mientras alejaba un poco el teléfono de su oído.

(-¿Qué tal tu mañana? ¿Ya no estas en pijama o si?-.)

-Pues si, se diría que estoy listo para ir a.. ningún lado en realidad-.

(-No te preocupes, llego en cinco-.)

-¿Espera qué?-.

(-Si, en cinco segundos-.)

El timbre del departamento sonó, lo que hizo colgar la llamada y correr a la puerta.

Rápidamente Soarinng se abalanzó hacia el para darle un gran abrazo de cumpleaños.

-¡Toma!-. Le puso una gran bolsa de regalo en su cara.

-¡Oh! Gracias Soarinng, no te hubieras molestado-. Dijo dejándolo pasar.

❂Mi Otro Yo✪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora