Aquino y Duxo llevan una larga relación de tres años. Lamentablemente el tiempo les hizo tener bastantes discusiones y diferencias con las que los hacía dudar de su relación como pareja.
Pero un extraño día Aquino despertaría en otro universo, uno d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
1964..
Después de tomar valor, Aquino por fin se atrevía a mirar su cuerpo desnudo.
No recordaba la última vez que se había tomado un baño y sabía que su cuerpo se lo exigía, pero el simple hecho de verse sin nada le hacía sentir alguna clase de miedo.
Duxo verdaderamente lo había obligado a hacerlo al tener que ir al casino de su padre.
Simplemente tomo el valor de abrir la regadera y comenzar a quitarse las prendas de vestir.
Miro su reflejo al tener el torso desnudo y lo que miro no le desagradaba, a excepción de su herida de bala en el hombro que a ese grado no dolía. La cicatriz era fea.
Mientras exploraba su nuevo cuerpo, noto la extrañeza de otra cicatriz en su abdomen, muy cerca de su ombligo. Esta era algo larga y parecía haber sido provocada por algo filósofo mas que una bala.
La curiosidad lo mataba y no estaba de más preguntar, pero necesitaba con urgencia el baño. Intentando no mirar mucho, se quito lo faltante y se metió a la regadera.
—¡¿Podrías apurarte?! Mi padre solo es tolerante con mi impuntualidad, no la tuya.— Le grito Duxo desde afuera.
—¡Lo siento!— Maldecía que el agua este algo fría para su gusto.
Duxo esperaba impaciente mientras miraba el reloj sobre la pared. Aún no llegaban a tener minutos de retraso pero el conducir hasta allí les haría tenerlo.
—¡Si no sales en 5 te sacare a rastras!—
—¡Déjame bañarme tranquilo!—
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aquino intentaba peinar pacientemente su cabello, al ser de una época anticuada solo necesitaba recordar peinarse como lo hacía de pequeño para ir al colegio.
Duxo solo le irritaba que lo hiciera de una manera lenta, llego a pensar que era a propósito.
—Te recuerdo que no te presentare a mi padre como pareja, no necesitas arreglarte demasiado.—
—Solo intento verme bien ¿si? Deja de ser tan impaciente.— Hablo mientras seguía mirándose en el espejo.—Tengo un cabello rebelde, debería raparme para no tener estos problemas.—
