02. Código rojo

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Lover |


Comienza a acercarse a mí...


―Eres Severus, ¿no? Severus Snape.

El niño de cara alargada volteó al escuchar una voz femenina, arqueando unas de sus cejas al ver a una niña de su misma estatura y, al parecer, edad frente a él.

―Sí. ¿Qué quieres?

Directo al grano, que bueno.

―Me llamo Perséphone, estoy en tú mismo año. Este, quería saber si no te molestaría darme algunas clases de pociones ―Persy se rascó el brazo con algo de nervios―. Me cuesta un poco todavía y no quiero quitarle más puntos a mi casa, además se por fuentes confiables que eres fantástico en pociones, aunque sea nuestro primer año.

―¿Fuentes confiables? ―preguntó con sospecha.

―Lily Evans, es mi compañera de cuarto y cuando le pregunté si podía ayudarme me recomendó venir contigo. Dijo que eras el mejor, ¿si puedes ayudarme?

Lily. El corazón de Snape palpitó con fuerza al escuchar ese nombre. Después de todo, era su mejor amiga y su primer amor.

Analizó a la niña. La recordaba, claro, la había visto varias veces con su amiga y en algunas clases que compartía con los leones, aún así, también pudo notar que llamaba la atención del cuarteto de insoportables que tenían como líder a un miope que no hacía más que molestarlo, aunque él no se quedaba atrás, pues se vengaba una y otra vez de ellos cuatro.

No sabía si ayudarla con pociones era una buena opción, pero tampoco podía quedar mal con Lily si es que en algún futuro quería salir con ella siendo más que amigos.

―Mi tiempo es limitado. La primera clase será mañana después de clases, en la biblioteca y no llegues tarde.

Se marchó sin esperar una respuesta. La leona se quedó varada en su lugar, parpadeando varias veces y terminó sonriendo. No podía creer que teniendo once años sea alguien serio y aparentemente frío, pero aceptó ayudarla y eso era más que suficiente para que le cayera bien.

Con una sonrisa, caminó hasta el patio, buscando a sus amigos.

Era feliz en Hogwarts, las clases dentro de todo no eran demasiado complicadas, aunque había algunas como pociones y transformaciones que aún se le complicaba, pero daba todo de sí para aprender y sobresalir. Venus y Samuel la ayudaban mucho, mientras que ella los ayudaba con astronomía, pues era muy buena en ello, ellos le ayudaban con lo que no entendía del todo, pero después de tantos fracasos con pociones, se rindieron y no tuvo otra más que pedir ayuda externa.

Se encontraban a mitad de año y no podía creer que el tiempo haya pasado tan rápido. Pudo ir a su casa en las minis vacaciones que le dieron por Navidad y año nuevo, poniéndose al día con su familia. Sus hermanitos ya podían hablar más de corrido, formando frases más largas y Eros le dijo que eran mucho más rebeldes que ella a su edad. Le daba pena no poder ayudarlo, pero a cambio todas esas noches les hablaba a los gemelos de lo que hacía en la escuela.

De su primera vez volando o la primera vez que vió un partido de Quidditch. Les habló sobre todo lo que le habían enseñado hasta ese momento, sobre las criaturas mágicas y mucho más. Estaban maravillados, pidiéndole si alguna vez podrían ver todo aquello. No supo responderles, pero les prometió que siempre estaría para contarles historias antes de dormir, y que la próxima vez les llevaría fotos mágicas, pues descubrió que las fotos pueden moverse.

𝐿𝑜𝓋𝑒𝓇 | 𝖏𝖆𝖒𝖊𝖘 𝖕𝖔𝖙𝖙𝖊𝖗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora