𝐿𝑜𝓋𝑒𝓇 | 𝖏𝖆𝖒𝖊𝖘 𝖕𝖔𝖙𝖙𝖊𝖗

06. Pequeña acción.

| Lover |

Se encontraba aburrida. Estaba agotada de estudiar y hacer interminables tareas, le dolía la mano de estar escribiendo en los pergaminos, habiendo perdido la cuenta de cuantos había llenado. En este momento está odiando la tranquilidad de los cuatro revoltosos.

Es que, al principio, cuando aceptó la invitación de Remus para estudiar juntos en la biblioteca, creyó que no se concentraría por culpa de Sirius y James, que no sabían guardar silencio ni por una hora completa. Bueno, estaba en un error. Los juzgó mal, y quizás en el fondo sienta un poco de culpa por siempre tacharlos de molestos y ruidosos.

Que lo son, pero también sabían cuando concentrarse en silencio.

Si bien, Sirius ya se encontraba dormido sobre un pergamino (que estaba levemente mojado por la saliva que caía de su boca), Peter estaba cabeceando, apunto de dormirse, pero Remus y James realmente estaban concentrados en sus quehaceres. De vez en cuando, James le preguntaba una que otra cosa a su amigo, pero hacía la mayoría por su cuenta.

Nunca creyó que James sería estudioso, estaba sorprendida.

Y ahora, después de dos largas horas, con el cuerpo todo entumecido y dolor de cabeza, quería que vuelvan a ser los mismos de siempre para tener algo de distracción.

Tomando un descanso, dejó la pluma depositada en el tarrito de tinta y apoyó sus brazos sobre la mesa, sosteniendo su cabeza con la palma de su mano, mirando al par de niños frente a ella. Remus seguía con su espalda bien erguida, leyendo un libro de pociones y anotando diversas cosas en un pergamino, como si estuviera tomando apuntes. Su rostro parecía sereno y concentrado, por un momento se detuvo en su rostro. Era lindo a su forma, siempre siendo tan amable y atento, como cuando le preguntó si necesitaba ayuda varias veces. Su altura era mayor que la de la mayoría de sus compañeros de casa de segundo año. Sus ojos mostraban simpatía y generosidad, aunque algo de timidez al comienzo, su sonrisa era reconfortante, como si te diera paz, y su voz era suave, relajante. Lo que más llamaba la atención eran las diversas cicatrices que tenía en su rostro, cortas o largas y Persy siempre se preguntaba cuál era la razón de ellas, si... llegaban a dolerle, pero jamás se animó a preguntar, aún no tienen la confianza suficiente.

Aunque la mayoría del tiempo se mostraba como alguien tranquilo, en realidad era tan risueño y bromista como sus mejores amigos, Persy podía apostar que era quien armaba las bromas, al menos algunas. Remus tenía aquel aire que te decía que era la gran cabeza dentro de su grupo, aquel con millones de ideas grandiosas que podían hacer divertir a sus amigos.

Le agradaba mucho.

Claro, después estaba Peter con quien mantuvo más conversación por sus gustos culinarios, él era grandioso también, aunque la mayoría del tiempo parecía ser muy silencioso, tenía esos arranques de habladuría en el que nadie lo paraba. Era alguien bajito y un poco regordete, pero también demasiado tierno y amigable. Le encantaba hablar con él sobre comidas, en especial si son postres, pero también sobre deportes, pues una vez salió el tema sobre las carreras de autos (algo que Persy ama ver con su familia) y se enteró que Peter siempre que puede ve alguna carrera, aunque como a su madre le encantan las telenovelas, no son muchas las veces.

Desde que empezó el año se ha sentido más cercana a ellos,y ahora que está en el equipo de Quidditch con James y Sirius, pues siente que creció más. Cree tener varios gustos parecidos a estos chicos, sin embargo..., todavía no siente que podría llegar a considerarlos amigos. ¡No por ella! No piensen mal, pero es... sigue pensando que no todas las personas que hablan con ella la consideran con ese título. Muchos niños en el pasado le hablaban, parecían congeniar y llevarse realmente bien, pero a sus espaldas se reían de ella. Le dolió muchísimo y desde entonces se cerró mucho más a las personas a su alrededor, llegando al punto de que solo hablaba con su familia y la vendedora del negocio al que siempre iba.