Minion Morado

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Ha pasado 1 semana de las regionales, Laia tiene que caminar con muletas por 3 semanas o 1 mes y se le nota la frustración al no poder jugar y todavía no maneja bien las muletas así que se enoja demasiado, no le he dicho pero se parece a esos minions morados cuando no puede avanzar bien. Yo intento ser un caballero para ayudarla pero ella de alguna manera se me escapa o me ignora lo que mas puede, en la única clase que no se salva de mi es en matemáticas y cuando tengo que ir a su casa a estudiar porque tenemos un examen que necesito ganar y es una excusa perfecta para verla.

- Oye Brady ¿Cómo esta tu mochita? - Pregunto Walker con una sonrisa picara.

- Ella no esta mochita Walker, mejor dile Minion Morado.

- Escucha eso de mi y me mata.

- Y si le dices mochita tambien te mata, pero si, Laia esta bien, creo.

- Hablando de mochas, ahí viene tu chica, suerte campeón. - Me dijo Walker mientras se iba reído.

Después de que acepte mis sentimientos sobre Laia cuando hable con Connor hace una semana cada vez que la veo me quedo como un idiota viéndola y les juro que la veo en cámara lenta aunque caminara con muletas que esto si la hacia ir lento siempre parecía que fuera parte de una pelicula.

- Hola Noon.

- ¿Ya no me evitas Jones?

- Vuelveme a preguntar eso y te mato 

- Eres demasiado agradable,laia. - agregue con una sonrisa sarcastica

Laia me lanzó una mirada asesina, pero no podía evitar bromear un poco para aliviar la tensión entre nosotros.

- Oh, eres tan encantadora cuando te enojas, Laia. ¿Quizás debería llamarte "Minion Morado" para hacerlo más oficial?

Ella bufó, pero no pude dejar de notar la leve sonrisa que apareció en sus labios.

- Si me llamas así una vez más, te aseguro que no necesitaré mis muletas para derribarte.

Me encogí de hombros con fingida indiferencia.

- Oh, no estoy tan seguro, Minion Morado. Podrías intentarlo, pero ten en cuenta que mi agilidad en la cancha también se traduce en la vida real.

Ella rodó los ojos, pero no pude evitar notar una pequeña risa escapando de sus labios. Aunque nuestras interacciones estaban llenas de sarcasmo, había una conexión única que compartíamos, una conexión que iba más allá de las palabras.

Las semanas siguientes transcurrieron entre clases, entrenamientos y mis intentos de ser útil para Laia. A veces, me las arreglaba para ayudarla con sus muletas, pero otras veces ella prefería valerse por sí misma, incluso si eso significaba tropezar un poco en el proceso.

- ¿En serio no puedes ser menos torpe con esas muletas? - comenté, tratando de no reírme mientras veía sus intentos de avanzar.

Ella me lanzó una mirada de furia, pero luego suspiró con resignación.

- Me encantaría ver cómo tú manejarías esto tan graciosamente, Noon.

En matemáticas, nuestras interacciones eran menos sarcásticas y más centradas en el estudio. Aunque Laia seguía resistiéndose a mi ayuda, no podía evitar ofrecerme cada vez que veía su frustración. Y así, a pesar de todas las peleas y risas sarcásticas, encontramos una rutina inusual pero cómoda.

Una tarde, después de clases, me dirigí a su casa para estudiar. Sabía que tenía que aprovechar cualquier oportunidad para estar cerca de ella, y estudiar era la excusa perfecta. Mientras revisábamos nuestros apuntes, no pude evitar sentir que algo estaba cambiando entre nosotros. La tensión inicial parecía disiparse, y aunque nuestras interacciones seguían siendo salpicadas de sarcasmo, ahora se mezclaban con momentos de complicidad y risas genuinas.

- ¿En verdad necesitamos estudiar tanto? - preguntó Laia con una sonrisa, mirándome con complicidad.

- No, pero siempre es bueno tener una excusa para verte. - respondí, sorprendiéndome con mi propia honestidad.

Laia me miró fijamente por un momento antes de sonreír.

- Eres un tonto, Noon.

- Un tonto que disfruta de tu compañía, Jones.

La risa compartida llenó la habitación, y en ese momento, supe que independientemente de las bromas y el sarcasmo, algo especial estaba creciendo entre nosotros.

Mientras continuábamos estudiando, el ambiente se llenó de una energía diferente. Había una conexión silenciosa entre nosotros, como si ambos estuviéramos conscientes de algo más que los libros y los apuntes.

Laia levantó la mirada de sus apuntes y me observó con una ceja levantada.

- ¿Qué estás haciendo, Noon? - preguntó con una sonrisa cómplice.

Respondí con una sonrisa traviesa.

- Solo me preguntaba si alguna vez te has dado cuenta de lo increíblemente hermosos que son tus ojos.

Laia soltó una risita, aunque pude notar el ligero rubor en sus mejillas.

- ¿En serio estás utilizando ese truco de conquista tan antiguo?

- ¿Truco de conquista? Nah, esto es pura honestidad. - dije, guiñándole un ojo de manera juguetona.

Ella rodó los ojos, pero la sonrisa en su rostro no se desvaneció.

- Eres un caso perdido, Noon. Pero al menos lo haces divertido.

Continuamos estudiando, pero la atmósfera había cambiado sutilmente. Entre chistes y risas, nuestras conversaciones se volvieron más personales. Hablamos sobre nuestros sueños, nuestras familias y nuestras cosas favoritas. A medida que avanzábamos en la conversación, la tensión inicial que había entre nosotros se desvaneció aún más.

- Sabes, Brady, eres mucho más soportable de lo que pensé al principio. - comentó Laia con una sonrisa maliciosa.

- ¿Oh, gracias por el cumplido? Supongo que tú tampoco eres tan mala, Minion Morado. - respondí, jugando con su apodo sarcástico.

Ella rió y negó con la cabeza.

- Deberías dejar de llamarme así, Noon. Esa comparación no es muy halagadora.

- Pero es cariñoso, ¿no lo crees? - repliqué con una sonrisa encantadora.

Ella soltó una risa y rodó los ojos, pero no parecía tan molesta.

A medida que avanzaba la tarde, continuamos con nuestro "coqueteo sutil" o al menos yo lo hacia, una danza intrigante de risas compartidas y miradas cómplices. Aunque nada estaba claramente dicho, había una tensión palpable en el aire, como si ambos estuviéramos explorando un territorio nuevo y emocionante. Laia, con su sarcasmo afilado, y yo, con mi coqueteo torpe pero sincero, nos sumergimos en esta nueva dinámica, sin saber a dónde nos llevaría, pero disfrutando del viaje de todas formas.

𝙏𝙝𝙖𝙩 𝙇𝙞𝙗𝙚𝙧𝙤 - 𝘽𝙧𝙖𝙙𝙮 𝙉𝙤𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora