Correr, era lo único que podía hacer, correr y sentir que el aire se salía de mis pulmones, mis ojos puestos en un solo punto y en mi mente pensando "solo un minuto más"...
Momentos antes...
Narra: Eddi
La batalla empezó de forma feroz, rápidamente todos empezamos a arrancar extremidades, cabezas y derramar sangre, los vampiros salieron de entre el bosque a atacar, lobos caían muertos gracias al Omega de la muerte, otros eran desmembrados por el ex lobo salvaje y mi beta y yo planeamos cuidando l espalda del otro...
Vic: ¡Son demasiados!
Eddi: ¡Allá va uno de los líderes!
En ese sentido los lobos somos como las abejas, si el líder cae, el resto también lo ara, empecé a correr tan rápido como lo aria en mi forma de lobo, no quería transformarme, quien diría que ese sería mi mallor error...
Vic: ¡Eddi!
Una flecha en dirección hacia mi, sentí el tiempo detenerse en un segundo y pude ver mi vida pasar frente a mis ojos...
Nací en una familia rica, mi anterior manada discriminaba demaciado a los omegas no importaba si eran hombres o mujeres, éramos solo juguetes sexuales e incubadoras, era horrible, con mis amigos hablábamos de como sería una manada en donde no tuviéramos tanta discriminación, pero el abuso no era lo peor, lo peor era cuando nacias Omega y cumplirás 15. En esa manada no existía el cortejo, en esa manada no valía el amor, en esa manada solo estaba la casa, al cumplir los 15 te obligaban a participar en un concurso para alfas en dónde los omegas tenían que escapar y ocultarse hasta que el tiempo se agotará, si te atrapaban tenías que casarte con ese alfa, los omegas no tenían ni voz ni voto. Mi padre, un alfa sin corazón que desde el primer momento me odio, cuando me presenté como Omega me obligó a aprender como ser un buen novio y esposa, recuerdo que hizo que los sirvientes me quitarán casi todo el bello que salía en caso todo mi cuerpo con será hirviendo, termine con quemaduras que por suerte no dejaron cicatriz, me hizo tomar clases en dónde los profesores eran despiadados y si desobedecia me golpeaba y dejaba son comer, era un infierno. El día de la caseria escape junto con mis amigos para no tener que soportar eso, no se cómo pero lo logramos y terminamos en el territorio de Daría, en ese lugar sentí un aroma y mi lobo lo supo, quería correr hacia ese aroma pero no hizo falta, el apareció, un niño, un beta, mi destinado, había oído del amor a primera vista, pero ese momento, ese solo segundo, supe que yo ya le pertenecía, solo a él, nuestro primer beso no fue lo que esperaba, pero si lo que deseaba, también nuestra primera vez y el momento en dónde nuestro lazo estubo completo, lo supe, supe que al fin sería feliz...
Que mal que me equivoqué...
Pues la flecha se incrustó...
En su pecho...
Vic termino callendo en mis brazos, se había metido en medio de mi y de la flecha, yo sostenía su cuerpo, la flecha dió en su corazón, salía mucha sangre y él...
Él ya no respiraba...
Eddi: ¡Vic, Vic, no! ¡Por favor no!
Las lágrimas resbalaban por mis mejillas callendo en su cara...
Eddi: P-por favor, abre los ojos... No me dejes... Vic...
Yo abrazaba su cuerpo, ese cálido cuerpo que aunque pequeño me proteja de todo peligro...
Eddi: b-beta... Vic... No me puedes dejar... No ahora... No nos dejes Vic...
Tome con cuidado su mano poniéndola en mi vientre con cuidado...