04.- El único.

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Severus preparó comida, sirvió té y lo puso en una bandeja

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Severus preparó comida, sirvió té y lo puso en una bandeja.




—¿Por qué nunca me lo dijiste? Antes… es decir en Hogwarts...




—Parecías más feliz de verme como rival.




—Lo era, nunca fuiste patético. Te hacía todas esas cosas para verte tener una reacción, pero tú…




—Tomaba venganza y no lo esperabas. Sabía que de haber llorado hubieras perdido el interés.




—¿Es así?– se preguntó Sirius.




—¿No lo crees?– Severus enarcó una ceja ayudando a Sirius a sentarse y poniendo la comida delante de él.




—No, hubiera buscado otras maneras de hacerte llorar.




Severus soltó quizá por primera vez en su vida una carcajada, Sirius desde luego pensó que se molestaría no que iba a sonreír y no así.




—Siempre pensé que tú te verías lindo si te hiciera llorar– acepto Severus.




—Ya me has visto llorar.




—Sí, pero no me refiero a que llores de esa manera.




Sirius abrió los ojos ante la implicación. Sin duda ellos estaban pensando lo mismo.




—¿Qué va a pasar ahora?– dijo Sirius. —Soy un prófugo…




—No. No lo eres. Eres un muerto. Sirius Black ha muerto para el Mundo Mágico.




Con calma y paciencia le narro parte por parte de su plan, pero que desde luego debían ser cuidadosos, mientras Sirius comía despacio, asimiló la información.




Sirius seguía agotado, lo podía ver en su semblante, así que Severus lo sostuvo cerca de sus brazos, 12 años en Azkaban no eran cualquier cosa, ningún otro mago ha soportado tanto como él sin sucumbir a la muerte, locura o sencillamente rendirse a un destino peor que la muerte.




Sirius busco el calor del Slytherin, sus besos eran como beber rayos de sol, su boca era terciopelo y le gustaba la manera como la lengua de Severus le follaba la boca.




Instintivamente, se reclinó hacia Snape buscando más contacto, era tan extraña la manera como el contacto con ese hombre lo transportaba a un lugar cálido, sin terror, sin pesadillas, a un lugar seguro…




Fue el animago quien impulso el beso más allá, chupando la lengua de Severus, mordiendo sus labios, clavando sus dedos en la nuca.




—Quiero… yo necesito…




—Lo que sea que quieras Sirius, lo que sea que necesites, yo soy tuyo. Puedes tomarlo todo y no me opondré.




Amar a Morir.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora