16.- Final.

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Sirius suspiro acostado en su cama, amaba a Remus y no podía negar que pensó cuando estaba en Hogwarts que el hombre castaño sería su futuro

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Sirius suspiro acostado en su cama, amaba a Remus y no podía negar que pensó cuando estaba en Hogwarts que el hombre castaño sería su futuro.



Pero en aquel tiempo era solo un adolescente, enloquecido por probar su valor, demostrar que no era como su familia, aunque siempre sentía en su interior ese hilo de locura y egoísmo del que rebosaban los Black.



Pero ahora en ese momento, con su corazón latiendo fuertemente dentro de su pecho, un corazón que le había salvado de la oscuridad… el amor que sentía por Remus era el de un hermano, un compañero de armas y de cierta manera era lastima por la injusticia de su condición.



Obligaron a Moony a cargar con un estigma, vivir de manera horrible, sin tener opciones, sin poder conseguir trabajo de manera decente. Cómo si ser un hombre lobo fuera una elección que tomó en lugar de la maldición que era.



Ni siquiera tenía derecho de ir a Hogwarts y es por eso que esa pizca de lastima se colgaba en su corazón, siempre amaría a Moony. Siempre sería parte de él, al igual que lo fue James. Ellos siempre serían los merodeadores.



Pero no lo amaba como Moony quería, como merecía ser amado y eso debía dejarlo claro.



Sirius se levantó y salió de su habitación en silencio. Vio la pequeña maleta al entrar en la habitación.



—¿Estás listo?– dijo Black sin apartar la mirada de la maleta.



—Estoy listo.– dijo de manera serena.



Aquella afirmación era una sentencia para uno y una necesidad para otro.



—Remus, siempre voy a amarte. Toda la vida, hasta el día en que muera… pero ya no soy la persona que fui, ya no existe esa persona. Murió en Azkaban.



Remus Lupin apartó la mirada llena de lágrimas. Sirius sabía que lo estaba lastimando, pero ese dolor era necesario para que Moony lo dejará ir.



—Eres un buen hombre, Remus. Un hombre que merece más que morir por la causa de alguien más. Dumbledore no está protegiéndote, está enviándote a las garras de gente horrible, y no lo digo por la condición de hombre lobo. Lo digo por Greyback…



—¡¡Alguien debe hacerlo!!



—¿Crees que a esas personas les importa? ¿Sinceramente crees que a alguno de esos hombres lobo les importa la justicia del ministerio, cuando se les han arrebatado todas sus garantías como magos, como personas… incluso como humanos? No te mientas Remus, no todos ellos son como tú… ellos odian a los magos y no podrás hacer nada por ellos, porque  no quieren ser salvados. Quieren lo que Voldemort está prometiendo.



—Dumbledore…



—Te ha mandado a solucionar un caso perdido. Solo quiere que los convenzas de no participar en la guerra… ¿Por qué? ¿Qué cambio habrá en su vida? Nada, Remus… Dumbledore no a prometido nada. Solo está dando patadas al aire.



Amar a Morir.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora