05.- Primera Visita: Remus Lupin.

60 7 0
                                    

Severus recibió temprano la primer visita que esperaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Severus recibió temprano la primer visita que esperaba.



Remus Lupin estaba en su puerta, Sirius estaba pálido como un fantasma, tenía miedo de lo que se avecinaba.



—Por favor, quédate aquí. Escucha lo que digamos. Pero pase lo que pase no salgas, hasta que determine su ánimo, por favor.



Sirius asintió, confiaba en Severus sabía que era el único en quién podía creer de momento.



Severus se dirigió a la puerta, tomó su varita y la tuvo a mano, no quería dañar a Lupin, pero no podía permitirse un error, no por Sirius.



Había forjado cierta amistad con Remus, una especie de consuelo mutuo, hablando de vez en cuando, habían compartido besos y caricias que estaban plagadas de deseos, del desespero por otra persona, pálidos sustitutos…



—No sabía que estabas en la ciudad, Lupin.



—Estoy.– afirmó entrando a la casa, hacía tiempo que habían dejado las formalidades de lado. —¿Has visto las noticias?



—¿Qué noticias y por qué te alteran tanto?



—¿Alterarme? Hacen mucho más que alterarme, Severus.– los ojos de Remus brillaron en ese tono dorado que Severus sabía era peligroso, pues quería decir que la violencia de la bestia estaba arañando la superficie. —Y no te atrevas a decirme que no te importa, porque los dos sabemos que eso es una mierda.



Sirius estaba recargado contra la pared, esperando, el enojo de Moony era palpable.



Sujetando a Severus por los brazos lo miró a los ojos.



—¡Ha muerto! ¡Él murió, Severus! ¡Se ha ido para siempre!– las lágrimas brillantes rodaron por las mejillas del hombre lobo —¡Ambos lo hemos perdido!



La furia y violencia estaba allí y Severus sabía que en fuerza bruta, Lupin llevaba la ventaja.



—Suéltame, Lupin.– ordenó con voz cortante. Necesitaba espacio para contenerlo si aquello se descontrolaba.



Sirius se contrajo mordiendo su labio, Remus podía fácilmente lastimar a Severus, en sus días de colegio, James y él apenas podían someterlo, si las cosas se ponían mal… no podía dejar que Moony dañará a Severus.



—Lo siento… yo lo lamento… no quería asustarte.– dijo soltándolo y dejando caer las manos, como si hubiera hecho algo imperdonable.



—Ahora que estás más tranquilo, puedes decirme, ¿Qué pasa contigo?



Remus se dejó caer en una de las sillas, sosteniendo su rostro entre las manos. Severus recogió el periódico que Lupin había dejado caer.



Amar a Morir.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora