14.- Materia Prima

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Severus permaneció sentado junto a la cama donde Sirius descansaba

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Severus permaneció sentado junto a la cama donde Sirius descansaba. El ex merodeador había caído prácticamente inconsciente después de la traumática experiencia.


Al principio el sueño había sido pesado y profundo, al grado de que el pocionista tuvo que comprobar su respiración y pulso más de una vez.


Después de unas horas fue intermitente con pequeños lapsos de quejidos lastimeros. Severus en ese tiempo tuvo que tomar la mano del hombre entre las suyas con infinita ternura. Entonces Sirius descansaba de nuevo de manera tranquila.


Severus siguió a su lado dos días en que se consumió de preocupación, regulando su alimentación por la magia, llevando nutrientes a su cuerpo para que recuperara fuerza.


—Deberías descansar o enfermarás.– había susurrado Lupin llevando café y comida al pelinegro.


—No voy a separarme de él. Además, estoy bien.


—No, no estás bien… lo de antes… eso fue…


—Necesario.– sentenció sin ningún tipo de interés en hablar del tema.


Los ojos grises se abrieron y parpadearon una vez que Remus había bajado a la cocina a dejar los platos de comida casi intacta.



—¡Sirius!– rápidamente comprobó sus constantes vitales y el alivio lo inundó una vez que pudo envolverlo en sus brazos.



Sirius se fundió en el abrazo dejando que su rostro cayera sobre el pecho del Slytherin arrastrándolo a la cama con él.



El pocionista no dijo nada y mucho menos se resistió al abrazo íntimo que los envolvía.



Severus lo resguardó acariciando desde la nuca hasta la columna, pasando su mano de manera tranquilizadora.



—¿Volverá a pasar? ¿Es mi destino al morir…?



—¡No! Shhh, shhh, eso no pasará… ya me ocupé de ello. No tengas miedo…– lo consoló frotando su cuerpo, llenándolo de calor.



—¿Cómo podrías arreglarlo…? ¿Qué hay más fuerte que eso…?



—Magia oscura, Sirius. Magia muy oscura, magia que enfrenta las propias leyes de la vida.



Sirius desde luego sabía de qué habla, su familia siempre ha estudiado estos fenómenos, pero claro que su familia es egoísta y no haría cosas como esas para salvarlo a él o para salvar a nadie.



—Dime que no lo hiciste… por favor… no pudiste hacerlo… no por mí… no lo merezco.



Sirius abrió con miedo desabrochando lentamente la camisa negra de Severus que se dejó hacer sin oponer resistencia.



Amar a Morir.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora