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El día de la coronación había sido aplazada hasta el día de la boda, esto mantenía irritado a Geno, quien se mantenía molesto por todo, su traje para la ceremonia ya estaba en realización y los preparativos se acercaban.

Blard también se notaba más nervioso, no entendía el porque pero ya no parecía muy alegre con el tema de asistir a la boda.

Geno estaba nuevamente entrando en ataques de estrés, se rascaba el cuello o jugaba con el broche de su capa, buscaba más alternativas, entrenando, caminar, tomar un baño, dormir, pero nada de aquello le distraía del todo.

Nuevamente se levantó de la cama, miro un poco a su alrededor y se estiro levemente, miro el rostro de su guardia con algo de arrepentimiento, definitivamente lo había estado tratando mal, pero ciertamente su relación ya no parecía funcionar.

Se levantó y fue a tomarse un baño, al salir noto como aquel hombre seguía durmiendo, se acercó un poco para mirarlo, su rostro reflejaba preocupación, ¿o tal vez enojo? Geno le acaricio levemente la mejilla, se arrepentía de tratarlo tan mal pero sabía que si seguían terminaría peor, usarlo solo para calmar su estrés le dolía pero no sabía que más hacer, le dió un leve beso en la frente y salió para ir rumbo al salón.

Se acercó a su madre y la misma le miro nerviosa.

¿Ocurre algo? -pregunto el albino con extrañeza-

–nada hijo mío... ¿No te gustaría adelantar la boda? -pregunto con nerviosismo en sus palabras-

–no es algo que yo desee, madre...

–pero comentasteis que deseabas terminar con esto más rápido

–madre... No voy a contraer matrimonio con Ganz...

–es insultante príncipe... -el rey del oeste había entrado, su semblante mostraba molestia y frialdad, Geno le miro con enfadó- como un príncipe osa mirar a un rey de forma tan inaceptable...

–tks.... ¿Qué lo trae aquí Rey? -pregunto Geno con molestia-

–problemas reales sobre la boda...

–no busco casarme y menos con alguien a quien no amo...

–es una pena, más sin embargo su madre ya ha aceptado

–quien decide eso soy yo...

–lo lamento príncipe pero ya ah Sido firmado el acuerdo

–¿todo por tierras? Que insolente Rey...

–¡¿Cómo me habéis llamado?!

–¡insolente!

El hombre frunció el ceño para acercarse a la gran puerta que daba a la salida del salón real.

–Geno... Habéis cometido un error.... ¡La boda se realizará en tres días y no más discusión! -y sin decir más, salió por la puerta-

Geno se quedó atónito por lo escuchado, miro a su madre y la misma parecía preocupada, Geno limpio las lágrimas de sus ojos y totalmente molesto, se encamino al jardín, se sentó sobre el suelo y tomo una delicada flor.

Tomo con suavidad los delgados pétalos, solo era una pequeña flor, una margarita, tan pequeña y frágil, solo el tenía el control de lo que aria, y si bien la flor no quisiese, Geno la obligaría a dejar sus pétalos.

Uno a uno fue retirando los pequeños pétalos blancos, no le importaba, la flor no podía demostrar su inconformidad o el dolor, no podía oponerse.

Para cuándo el último pétalo fue retirando, la hermosa flor ya se había marchitado, la tiró como si no fuera nada y se levantó.

Geno se sentía una flor, sus pétalos eran arrancados y él no podía oponerse, no podía mostrar dolor, y para cuando sus pétalos ya no existan, él ya estará marchito.

Solo un plebeyo...  {Afterdeath}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora