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–Gabriel no deberías estar aquí...

–¿Qué mierda haces...?

–sacrificio humano...

–tu estás loco....

–lo estoy... Si....

Gabriel se acercó y le arrebato el arma de las manos.

–ese era uno de mis guerreros...

–lo lamento, necesitaba a alguien de noble corazón....

–eres un asco...

–lo se, más sin embargo debo terminar mi rito.... ¿Me devolverás mi arma? -le extendió la mano con una sonrisa coqueta-

–¡De eso justo vengo a hablarte! -grito furioso mientras alejaba el arma, el mago le miro confundió- ¡Cómo puedes actuar así conmigo! ¡Es tan asqueroso!

–¿Gabriel de que hablas?

–siempre que tienes oportunidad me miras de esa forma tan extraña, ¡Es asqueroso! No comprendo cómo puedes actuar conmigo de esa forma, es tan.... ¡Arg! No lo entiendo de ti

–¿Quieres saber la verdad...? -su expresión cambio a una más apagada-

–¡Pues si!

–mira Gabriel... Eres un hombre increíble y me duele que tengas un pensamiento tan cerrado... Te amo y no me interesa si me desprecias por ello, me pareces muy guapo y me eh enamorado de ti...

El rey miraba al contrario sin expresión alguna, sus emociones se descontrolaron, ¿Qué acababa de pasar? Aquel mago le había confezado su amor, pero no podía corresponder, el simple hecho de imaginarse junto a aquel hombre le revolvía el estómago, su agarre aumento.

El arma comprendió sus intenciones y tomo la forma de una espada roja.

confie en ti... ¡¿Y me pagas así?!  -la furia se apoderó de él y un aura roja lo rodeo, la misma salía de la espada-

–Gabriel...

–¡NO! ¡No te atrevas a hablar! Eres asqueroso... Repugnante... -se acercó lentamente al hombre- jamás me enamoraría de alguien como tú...

Tod suspiro con molestia, sabía que aquello sucedería, le dolía, pero su amigo tenía razón, el nunca lo amaría, cerro los ojos y apretó los puños al sentir el dolor en su pecho. La espada le atravesó y la sangre comenzó a salir descontrolada, lo último que miro de él fue aquel ojo ruby.

Gabriel miro el cuerpo caer y se alejo, dentro de él sentía algo de arrepentimiento, pero su mente le decía que hacía lo correcto.

¿Un traidor? Eso fue lo que les dijo, y uso el sacrificio como prueba de la traición, sobre el cuerpo se encontraba un libro, la tapa no tenía nada y las páginas de encontraban en blanco.

Nadie nunca cuestiono al rey, y menos cuando dió la horrible orden de matar a todo brujo que entraran al reino.

Sebastian se había alejado de Gabriel, el enterarse de la muerte de su amigo le afectó, no le gustaba creer la idea de que era un traidor pues lo conocía bien y sabía que él jamás lo aria.

Se encargó de dejan en claro que lo que Gabriel decía no era más que producto de ira.

Oculto en las catacumbas del castillo del oeste...















Ganz buscaba esconderse y un descuido lo guío a la verdad sobre la sagrada espada del reino del este.

Solo un plebeyo...  {Afterdeath}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora