Madelaine.
Los domingos siempre nos reunimos en la casa de mis abuelos para comer ya sea asado o pollo asado, a veces se varía con fideos con salsa si hacía mucho frío, pero como estamos empezando Noviembre creo que los fideos con salsa tendrán que esperar.
Yo estaba sentada a mitad de la mesa contra el lado de la pared, a mi derecha tenía a mi hermano mayor Sebastian y a mi madre Silvia, y a mi izquierda tenía a mi primo Maximiliano. Le pedí a Maxi que se mueva para poder ir al baño, se movió y tranquila me fui.
Entrando al antebaño el murmullo fuerte que había fue disminuyendo e hice como que entré al baño para escuchar de lo que hablaban.
-Silvia, Maddie ya tiene 17 años, ¿no crees que ya pasó demasiado para seguir ocultándoselo?-. Comenzó a decir mi abuelo Pedro
(Sonreí al escuchar el apodo con el que seguía llamándome mi abuelo, me puse ese apodo a los 5 años y la verdad que me encanta, pero aún así estaba confundida, ¿qué era lo que me habían ocultado durante muchos años?)
-Papá, ya le voy a decir. Con el trabajo no tuve mucho tiempo, pero no quiero que se ponga mal ni intente hacer algo de lo que después se va a arrepentir-. Dijo mi madre Silvia, a lo que yo empecé a pensar que era lo que debía decirme.
Mi abuela Mirta acotó -¿Decirle qué cosa a la nena? ¿Está enferma? ¿Qué está pasando Silvia?-.
- No mamá, no está enferma ni le pasa nada a ella, el problema es que...
Madelaine no es mi verdadera hija-. Soltó Silvia así sin más.Escuché caer varios cubiertos a la mesa y algunas personas atragantándose con la comida. Comencé a sentir un vacío, vacío el cual me comenzó a consumir de cabeza a pies, sentía un zumbido en mis oídos y me había comenzado a faltar el aire. Intentaba estar parada pero no podía me invadió un sentimiento de tristeza y odio, odio por haberme ocultado semejante cosa importante para mi vida.
Para romper ese silencio comenzó a contar la historia. -Ese domingo de Julio, en donde debió de nacer Julieta, ella nació pero nació ya muerta, se me partía el alma saber que mi hijita había nacido muerta, estaba todo bien antes del parto, que hasta el día de hoy es un misterio saber porqué murió....
Ese mismo día, había una pareja muy extraña que también estaba dando a luz a una niña hermosa, al nacer, ellos la apreciaron por unos segundos y hablaron con el médico de que ellos no podían tener a la niña, ellos tenían muchos problemas y no iban a poder cuidar a la niña como ella merecía ser cuidada...
Entonces la mujer me vió que lloraba porque estábamos en la habitación, y me dijo "Yo no puedo cuidar a mi niña, y sé que haz de perdido a la tuya, por favor te pido que cuides a mi niña y protegerla muy bien te lo pido, mi esposo y yo estamos con muchos problemas, no podremos ni cuidarla". Entonces, la pareja llorando se despidió de su hijita y me la entregó a mí para que la cuidara y se marcharon. Decidí ponerle el segundo nombre que le íbamos a poner a Julieta, Madelaine.
Le he ocultado ésto por más de 17 años, no sé qué será de esa pareja, pero lo que sí sé es que Maddie está muy bien con nosotros y no debería de contarle para que no se vaya ni cometa ninguna locura.
En eso, salgo del antebaño después de haber fingido ir al baño, obviamente no pude contener las lágrimas, y ahí se dió cuenta de que yo había escuchado todo. No me salía las palabras, no podía hablar, lo único que quería hacer era irme de ahí y salir a toda velocidad en mi bicicleta.
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La Primogénita de Grindelwald.
FanfictionMadelaine vivió en el mundo muggle durante 17 años sin saber que una carta cambiaría absolutamente toda su vida haciendo que viaje a Londres a conocer a su verdadera familia.