Empezando de cero | Chapter II

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Narrador Omnisciente:

Madelaine bajaba de su vuelo para ir a buscar las maletas restantes. Estaba ansiosa por conocer a sus abuelos biológicos y ansiosa por estar en otro país, la única vez que había salido de Argentina fue cuando tuvo vacaciones en Brasil pero era ahí nomás. Para ir a Inglaterra tuvo que cruzar un extenso océano y hasta cambiar de continente lo cual la ponía muy emocionada.

Buscó sus maletas y se dirigió a la salida, donde creía ella que estaban sus abuelos esperándola. En su cabeza había tantas preguntas que hacerle a sus abuelos y no sólo a ellos sino también a sus padres, cuando de pronto vió un cartel sostenido por dos personas mayores que decía "Bienvenida a casa Madelaine", ella se emocionó mucho al ver el cartel y fue corriendo hasta el para saludar con un fuerte y largo abrazo a sus abuelos Eduardus y Hester.

 En su cabeza había tantas preguntas que hacerle a sus abuelos y no sólo a ellos sino también a sus padres, cuando de pronto vió un cartel sostenido por dos personas mayores que decía "Bienvenida a casa Madelaine", ella se emocionó mucho al ver el...

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Madelaine:

-No saben lo ansiosa que estuve durante todo el viaje. Tenía muchas ganas de conocerlos abuelos.

Decidí venir a Inglaterra porque estaba cansada de vivir con en una familia en donde no se valoraba nada de lo que hacía, cuando Silvia, mi madre adoptiva trabajaba yo me la pasaba cuidando a mi hermana pequeña Belén y no era una hora o dos, era cuidarla todo el santo día, era atenderla al 100%, cocinarle, bañarle, hacerle dormir, hacer como que si yo era su madre y estaba harta ya. No podía concentrarme en mis estudios ni tampoco podía tener tiempo para hacer mis actividades extracurriculares o ir a entrenar...

Creo que ustedes, mi verdadera familia, apareció en el momento indicado y cuando más yo lo necesitaba. Muchas gracias, en serio-.

El abuelo manejaba y me miraba por el espejo y la abuela sonreía por lo último que acoté comenzando la conversación mientras nos dirigíamos a la casa de ellos. Entonces el abuelo habló.

-Me alegra tenerte aquí Madelaine, no sabes lo que costó que tu padre y madre me dijeran donde habías nacido así yo te contactaba. No pienses que tus padres te tuvieron y se olvidaron de ti, por supuesto que no niña. Ellos llevaban un seguimiento de todo lo que hacías, absolutamente todo hasta que les pedí contactarte, ellos accedieron y me dieron todos tus datos y así pude enviarte la carta y el pasaje. El resto ya lo sabes querida-.

Me puse contenta al saber que mis verdaderos padres sí se preocupaban por mí. No como Silvia que lo único que hacía era trabaja y trabajar y nunca preocuparse por ninguno de sus hijos, me ponía contenta el hecho que ellos no perdieron mi rastro nunca y que estuvieron dispuesto a que el abuelo Eduardus me buscara.

-Con lo que has dicho recién mi niña, veo que no la has pasado muy bien últimamente- comenzó a decir mi abuela Hester- y quiero que sepas que si necesitas hablar con alguien, no dudes en buscarnos a tu abuelo o a mí, estaremos dispuestos a escucharte y darte consejos. Gracias por aparecer en nuestras vidas querida mía-.

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