Madelaine vivió en el mundo muggle durante 17 años sin saber que una carta cambiaría absolutamente toda su vida haciendo que viaje a Londres a conocer a su verdadera familia.
El día de ir a Hogwarts llegó ya hora estábamos en la estación King's Cross en Londres, había muchos chicos de primer año corriendo y saludando a sus padres.
Yo ya había saludo a mis padres y a mis abuelo. Mi papá me regaló una lechuza -(El regalómás normal que recibí en mi vida)- con la que me iba a contactar con el cuando desee. La lechuza era preciosa, su pelaje era negro pero sus ojos, por Dios sus ojos eran como los míos pero más intensos.
La noche anterior ya tenía todas mis cosas listas, algo que me gusta mucho de mi personalidad es ser organizada. Me gusta tener todo preparado uno o dos días antes. A Hogwarts me lleve mis cosas "muggles" como dice mi padre, aunque dependiendo de la casa que me toque algunas no están permitidas.
En la mañana antes de ir al tren, me levanté bien temprano para darme una ducha y compartir un último desayuno con mis padres. El outfit que elegí era casual y sencillo, una polera térmica por el frío, un buzo con capucha color beige, un pantalón suelto de color negro y unas zapatillas blancas.
En mi cartera deje un pequeño frasco de perfume de Zara, pañuelitos, mi gloss, mis auriculares inalambricos y con cable, mi cargador y mi teléfono.
El cabello lo había dejado suelto haciendo que salgan las distintivas ondas que tenía, me puse los aretes de oro que me había regalado mi padre junto a un anillo que combinaba. También me puse el collar que me regaló mi madre con mi nombre grabado en oro.
Imagen de referencia.
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***
Vagaba por los compartimientos del tren esperando encontrar un lugar solitario o esperando encontrarme con esos ojos cafés con los que no había dejado de soñar en todas las vacaciones.
Entro a un compartimiento en donde había tres personas, un chico con lentes y un diario extraño en sus manos, una chica con el cabello alborotado y un chico colorado que discutía con la chica.
-Emmm... Hola, soy nueva acá, ¿alguno sabe a dónde van los nuevos?-. Dije y los tres se dieron vuelta asustándome por completo. Yo seguía afuera del compartimiento en la entrada de éste.
-Holaa, un gusto soy Hermione Granger-. Dice la chica parándose y extendiendo su mano la cual recibí -Él es Harry Potter y él es Ron Weasley-. Dijo Hermione presentándome a los chicos.
-Holaa el gusto también es mío, soy Anastasia... Anastasia Grindelwald Rosier-. Juro que la cara de la chica Hermione se había puesto pálida. El colorado Weasley dirigió su mirada al de lentes pero ninguno emitía algún comentario.
