Me gustan tus ojos color café | Chapter V

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Narrador Omnisciente:

Luego de que el joven Mattheo tomó por la muñeca a Anastasia, no le hizo el recorrido que debía de hacerle sino que la llevó a la torre de astronomía. Era un aula poco concurrida en horarios libres, los alumnos que iban allí era para 3 cosas "Estar solos", "Fumar cigarrillo o un porro" o "Tener relaciones".

Anastasia se sentó en el piso sobre la baranda y tenía los pies sobre el aire y observaba la hermosa vista del atardecer.

Mattheo por su lado, se sentó un poco apartado de Anastasia sacado un cigarrillo y un encendedor. Anastasia estaba tan perdida en el paisaje que fue desconcentrada por el olor a cigarro.

Decidió romper el silencio incómodo que había entre ambos. -Hola-. Dijo sin mirarlo a la cara pero viendo el cigarro en sus manos.

-Hola-. Dijo Mattheo ahora mirando su rostro. Anastasia sacó la vista del cigarro y tuvo por segunda vez contacto visual con el joven.

-¿Fumas?-. Preguntó Mattheo y le mostró el cigarro por si ella lo quería agarrar.

-A veces, cuando estoy frustrada y estresada-. Dijo Anastasia y tomó el cigarro de Mattheo para echarle una larga calada.

Mattheo miraba atento a todos los movimientos de la chica con el cigarrillo. -¿Vas a venir el año próximo?-. Preguntó él y Anastasia asintió. -Creo que entraría a 5to año-. Dijo la pelinegra devolviéndole el cigarro a Mattheo.

-Ah, bien. Creo que seremos compañeros. Si es que el sombrero seleccionador te pone en mi casa-. Dijo Mattheo fumando el cigarro. -¿Tu casa? ¿Cómo sería eso?-. Preguntó Anastasia, ya que ella antes iba a un colegio que tenían cursos separados por divisiones, pero ¿casas? nunca había oído sobre ello.

-Las cuatro casas de Hogwarts, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, la última es la casa en donde estoy-. Le explicaba Mattheo sin mirarla.

Luego de eso quedó un silencio, no era incómodo, solo disfrutaban el hermoso paisaje que dejaba el atardecer en la torre de astronomía.

Anastasia:

Además de admirar el hermoso paisaje, estaba pensado todo lo que había pasado, el enterarme que era adoptada, que mi familia eran magos muy poderosos, que mis padres estaban prófugos por haber cometido crímenes atroces y montón de preguntas y dudas aparecían en mi conciencia haciendo que no pare de pensar. Hasta que el chico me sacó de todo ese pensar.

-Es hora de irnos, mañana tengo que rendir exámenes que no aprobe y ya se está haciendo tarde-. Dijo y giré mi cabeza para mirarlo mientras se paraba.

Me extendió su mano para ayudarme a levantarme y quedamos frente a frente. De pronto sentí algo especial en el estómago, ambos nos mirábamos y ninguno sacaba la miraba del otro, estábamos bastante cerca, entonces decidí romper ese silencio.

-Me gustan tus ojos color cafés, con el sol se ven claros-. Dije y sonreí con los labios. Me quedé viendo la cicatriz de su cara, me daba curiosidad saber como se la había hecho, sus manos estaban al costado de su cuerpo al igual que las mías y fue en un momento que dió un paso hacia delante haciendo más reducido el espacio entre nosotros.

Por puro instinto di un paso atrás yo, lo cual hizo que Mattheo de otro más y yo retroceda otro hasta que en un momento choqué con la pared y me asuste un poco.

-Mattheo. Me llamo Mattheo-. Dijo muy cerca mío, lo que ya me estaba dando un poco de pánico. Intenté tragar saliva para poder hablar pero era como si un gato me había comido la lengua.

La Primogénita de Grindelwald. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora