30. Dinero

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Para un alfa era de mucha importancia contar con un buen empleo o con cualquier tipo de fuente de dinero, porque un alfa con empleo era respetable y el orgullo de la familia. Al escuchar que alguien pertenecía a esta casta, a la punta de la pirámide, inmediatamente se pensaba en un hombre o mujer con dinero y con un buen estatus social. La verdad es que no muchos cuentan con ese tipo de privilegios, no todos los alfas tenían empleos soñados y apenas y ganaban el salario mínimo. Cuando un alfa no tiene ni eso, ni un salario mínimo, se convierte de inmediato en la vergüenza de la familia, porque que clase de alfa era ese tipo, aquellos que ni siquiera aprovechaban de su privilegio de alfas eran decepcionantes. Bucky no era la decepción de su familia, trabajaba como bombero en los turnos nocturnos, ganaba buen dinero y podía pagar un pequeño departamento decente, pero no corrió con suerte por mucho tiempo. El alfa de ojos azules fue despedido de la estación de bomberos.

Después de varios días sin empleo, Barnes sobrevivió con el poco dinero que le quedaba en la cartera, incluso acudió a sus padres y les pidió un par de billetes para poder pagar la renta de su departamento. Su padre lo miró con vergüenza y le dio los billetes, porque era decepcionante que un alfa como su hijo estuviera mendigando por un par de billetes. El hombre alfa le advirtió que no volvería a prestarle dinero si no conseguía un trabajo lo más pronto posible, a lo que James le aseguró que le devolvería el dinero pronto, que no duraría demasiado tiempo desempleado. El azabache dejó solicitudes de empleo en muchos lugares, lugares que en su mayoría buscaban a betas y rechazaban de inmediato su solicitud. James regresó a su departamento harto de la situación, deseando poder encontrar un trabajo y dejar de racionar su dinero.

En el departamento de Bucky se encontraban reunidos un par de amigos con él, haciéndole compañía e invitándole un par de cervezas al de cabello largo. Sus buenos amigos trataban de subirle los ánimos, que no se pusiera tan triste por no encontrar un trabajo.

—Más pronto de lo que pienses tendrás un trabajo, Punk, no te desesperes—Steve le dio un trago a su cerveza.

—Me has dicho eso durante un mes, Steve—Bucky abrió una nueva botella de cerveza fría.

—¿Cuántas solicitudes te rechazaron esta semana?—Sam preguntó.

—Casi todas.

—¿Qué hay del restaurante al que llevaste solicitud?—Natasha le recordó.

—Me pusieron a prueba ese mismo día, pero se me resbalaron unos vasos encima de una señora—Negó con la cabeza—. Me dijeron que me largara.

—En mi trabajo no hay puestos libres, pero te diré si sale algo—Sam ofreció.

—Gracias, Sam.

—Ahora que lo pienso—Natasha subió sus pies en el sofá—, hay una vacante libre en mi trabajo, pero no sé si estés interesado.

—Hace mucho que me salí de ahí—James frunció el ceño y volvió a darle un trago a su cerveza.

—Tus opciones son pocas, Buck—Steve dijo.

—Ya estás todo viejo, ¿Aún sabes hacer eso?—Sam dijo burlón.

—Vete al carajo, tengo treinta—James le golpeó un costado de la cabeza.

—Sam tiene razón, Bucky. Tu y yo nos metimos a ese lugar cuando teníamos veinte y la única que duró ahí fui yo—la alfa pelirroja comentó.

—Dure hasta los veintidós, aún recuerdo como se hace esa mierda.

—¿Entonces quieres el puesto? ¿Quieres volver a la Red Room?—Natasha alzó una ceja.

—Si no hay más opciones—Bucky sonrió forzosamente y le dio un trago a su cerveza.

Omegacember [WinterBaron]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora