Cuando tomaron la decisión de ser padres, ya sabían que iba a ser un proceso difícil, sin embargo, no creyeron que tanto. Llevaban cerca de dos años intentando, hablando, pasando papeles, cartas, y haciendo un montón de entrevistas para ser aceptado...
Jimin es un niño tímido, que se pone nervioso ante lo desconocido, y a pesar de que tiene muchísima emoción por lo que viene a continuación, la verdad también cree que podría llorar porque tiene mucho miedo de que algo salga mal.
Lleva cargada en su espalda una hermosa maleta de patito que cuenta con una muda de ropa, una toallita para el sudor, un botilito de pollitos con agua y una loncherita con onces para la salida.
Hoseok se fue corriendo con los niños de su salón, pero a él Namjoon lo ha tenido que llevar de la mano y prácticamente rogar para que lo suelte y pueda entrar con los demás a su clase.
-Bebé, se que tienes miedo, y está bien tenerlo, pero debemos afrontar nuestros miedos para obtener resultados exitosos. Tu eres un niño maravilloso, con mucho talento, se que lo harás bien.
-Además, sea cual sea el resultado, recuerda que appa y yo estaremos aquí para ti - agrega Seokjin.
Y con eso, un beso en la frente y palabras de ánimo de Taehyung y Jungkook (o algo así), logra dejar ir a su familia para adentrarse a un nuevo, desconocido y aterrador escenario, pero que sabe, también traerá grandes cosas.
Cuando entran tienen un par de profes muy bonitas y alegres, que les indican hacerse en filas, de las cuales él por la edad tiene que ir en la penúltima, y los colocan a calentar con música animada.
Pero Jimin no se siente cómodo, no es por la música, no es por bailar, es por los demás niños. Gritan mucho y se mueven tan desordenadamente que a veces lo empujan y eso es muy incomodo. Muy, muy incomodo.
Al punto que sus ojos solo se llenan de lágrimas que pronto salen sin poder detenerlas.
-Oh, no, no, no - se acerca una de las profesoras al verlo llorar mientras la otra sigue con la clase, ella lo aparta un poco de los demás niños para que pueda respirar y calmarse - ¿Por qué lloras, pequeño? ¿Hay algo que no te guste?
Jimin tarda un poco en responder por dos razones: El llanto y la pena.
-Los niños glitan m-mucho, y em-empujan - señala, con la voz entrecortada por los espasmos de llanto.
La maestra le pide que respire con calma y lo ayuda hasta que su llanto sesa, posteriormente, le dice:
-¿Por qué no vienes conmigo al frente, y tomas la clase desde allí? Así los otros niños no podrán empujarte - le ofrece, y a Jimin le brillan los ojos, esa es una maravillosa idea.
Así, tomado de la mano de la profesora, acompaña toda la clase desde el frente, baila, brinca, sonríe, suda y es feliz, porque ya no hay niños molestos empujandolo y puede hacer lo que tanto le gustan sin problemas ni contemplaciones.
Cuando sale, lo hace con un puchero, pues se ha terminado por divertir tanto que no se quiere ir. Pero sabe que pronto volverá a seguir con sus clases y eso lo pone muy muy muy feliz.
-Veo un pucherito muy lindo ahí, ¿Cómo te sentiste en esa primera clase, Minie?
- Fue divertida, los niños no me gustan - hace una muñeca, incómodo - Pero bailar es muy muy muy genial.
Si, lo es. Ojalá pueda seguir haciéndolo por siempre.
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El jueves ya no está tan nervioso como lo estuvo el martes, de hecho, se despide con una sonrisa y camina solito hasta la gran pista de patinaje, fuera de la cual lo espera un maestro. Lleva, igual que el martes, su maleta de patito en la espalda con los mismos implementos.
Hoy viste, sin embargo, un poco diferente, pues le han pedido un par de cosas parar sortear el movimiento y también el clima de la pista. Así que, su ropa consiste en leggins de algodón y un suéter de lanita también pegadito. Además, trae pequeños guantes y unos cosos en las piernas que son como medias abiertas hechas de lana para cubrir la pantorrilla... Tal vez pronto descubra como se llaman.
-Hola, soy MinHo y seré tu maestro de patinaje sobre hielo, ¿Eres Jimin, verdad? – Él asiente, tímido y, ahora sí, un poco nervioso - Los jueves solo estás tú en esta clase, pero vamos a ponerle todas la ganas, ¿Vale?
Jimin prefiere no hablar mucho, pero apenas empiezan a calentar y a medir un poco su flexibilidad es como sí... le fluyera.
Jimin es bastante flexible por naturaleza y a su profesor le agrada mucho eso pues facilita su desarrollo haciendo ciertos movimientos.
Se siente muy cómodo, el frío del lugar tampoco es impedimento para sudar como lo hace. Hacen bastantes ejercicios, pero para decepción de Jimin, no entran a la pista. El profesor promete que lo harán en la siguiente sesión y lo cumple.
Aunque algo que si hacen ese día es probarse los patines de su talla y aprender a dar un buen par de pasos en tierra firme con las proyecciones para no rayar ni dañar las cuchillas, así también probar un poco la estabilidad que tiene. Y le va muy muy bien.
Sale sudando pero sonriendo, si bien el no entrar a la pista hizo que se decepcionara un poco, eso no significa que no le haya gustado. Está feliz.
- ¿Qué tal te sentiste hoy en tu clase, Minie?
- Fue divertido, no pude entrar a la pista, pero me probé los patines y son muy bonitos, también el profe me dijo que soy muy flexible y que eso es bueno para los ejercicios.
Si, patinar también es increíble, y en la próxima clase que pueda entrar a la pista por primera vez, será el triple de increíble.
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Diferente a lo que pensó en su primera semana, ahora que lleva un mes allí, es como si sencillamente descubriera que está hecho para el hielo. Aprender a patinar lo básico fue supremamente fácil para él, y cómo su cuerpo está siendo estimulado en baile las cosas en el hielo se ven aún más y más fáciles. Su profesor Minho, o entrenador Minho, ha hablado con sus padres: Cree que Jimin está hecho para ser profesional en esto, que tiene talento nato y que, de seguir así, podrá competir prontamente en infantiles.
Incluso, diferente a los que sus mismos padres pensaron, el profesor recomendó seguir llevándolo a clases de baile, específicamente de ballet o contemporáneo, pues para poder "bailar" en el hielo debe saber hacerlo en tierra. Así que si, cuando llegó el momento de elegir una especialidad en baile, Jimin eligió contemporáneo sin dudarlo dos veces, ni siquiera les dejo a sus profesoras preguntar mucho.
Porque Jimin sería grande, el mejor patinador del mundo mundial.
