La manada y Silvan se hallaban en alerta. Después de que en la madrugada anterior todas las alarmas de autos y casa se activaran, cuando la electricidad se fue en toda la ciudad, después que se iniciara el caos, gritos y disparos de tanto civiles como de uniformados que no sabían de qué se estaban defendiendo.
Silvan habia despertado de golpe, agitado, sintiendo que algo estaba mal, momentos después todo se habia ido al traste.Salio del hotel en céntrica avenida. Al faltar poco para el amanecer, los gritos se iban apagando y sólo quedaban lloros por todos lados. No sabia que ocurria, aunque intuía que tenia que ver con los terrores. No habia pensado en cómo se presentarian, tal vez pensó que iban a aparecer en un sitio solamente o que serian pocos. Pero el ambiente se terror y pesadumbre se parecía a despues de que pasara un huracan, donde todo lo perdían todo; varios de su manada se le acercaron.
-Ferrand! La ciudad fue atacada por criaturas...han matado a muchos..
Habia fuego en algunos lugares y varios autos habian chocado. Ambulancias y policía corrian de lado a lado, algunos intentaban despejar las calles. Otros ayudaban a sacar a la gente herida de sus casas. Algunas personas simplemente estaba ahi, quietas y mirando al vacío. Otras lloraban en sentadas en las banquetas.
Entre los miembros de la manda habia otros que trabajan en hospitales y policia. Uno de ellos se le acercó, Silvan concocia poco a ese joven enfermero de cabello corto y bien peinado.-señor..han traido a una mujer al hospital general..-Silvan le prestó atención y notó la angustia en la mirada del joven.
-porqué me dices a mi..-preguntó el alfa sin querer sentir la afliccion que se cernía sobre él.
-Nuestra Luna...- respondió el enfermero- le mostraré el camino- indico el joven preocupado.
Su bata estaba estaba desabrochada mostrando que aun llevaba su pijama de conejitos con la prisa con la que habian llamado a todos los activos por la emergencia que recayó.
Silvan los siguio por calles abarrotadas, carros arrimados sobre banquetas, la policía controlaba el tránsito dando prioridad a hambulancias y carros de bomberos.
El sol se levantaba y mostraba la ciudad. Técnicos de la electricdad recorrian las calles buscando fallas para reestablecer la energía.Llegaron ante la puerta del hospital y sólo porque Silvan iba acompaño del emfermero pudo pasar, porque solo dejaban pasar a pacientes y personal médico. O familiares y el no era familiar.
Le sudaban las manos y un nudo en su pecho tirante le dificultaba respirar. Los pasillos abarrotados, habia camillas con gente recostada en ellaa, otros simplemente estaban en suelo. Pasaron por una habitación donde varias personas yacian de pie mirando la nada, como si fueran zombies en estado durmiente. Usaron el ascensor pues habian hecho funcionar la planta de emergencia.
Y llegaron a un pasillo donde habitaciones donde eataba todo mas tranquilo...demaciado tranquilo, solo se escuchaban las pisadas apresuradas de los doctores y enfermeros. Pasaron por dos habitaciones donde las camillas estaban ocupadas por gente inconscientes, jovenes y adultos.
No se veian heridos, alenos no a simple vista.
Ante un mostrador dos secretarias enloquecidas rellenaban formularios.-señorita Ana... Vinimos por la agente Lorraine Zee- anuncio el enfermero.
La mujer tocó el boton de un altavoz sin mirarlos.
-al doctor Obraien se le solicita en la sala 6b- voceó y su voz se escucho amortiguada, no era para espantar a la gente, pero si para que la escuchara el susodicho.- esperen un momento, por favor.- indicó y señaló a la salita de espera.
El enfermero se excusó y se marchó. Silvan caminó hacia la salita, donde una docena de personas estaban esperando, alguna sentadas otras de pie.
-Silvan!- llamó una chica de cabello ensortijado y amarillo. El likan la reconoció como la amiga de Lorraine.
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Medianoche 5- Eligia
LosoweTodo lo que a ocurrido lleva a Kaller a dudar de sus acciones, pero sigue firme en su deseo de cambiar el destino de dos razas. Beliar tiene sus propios motivos y mueve los hilos para lograr su cometido. Mientras son manejados Maurice, la nefilin...