CAPITULO 10

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Eurides estaba furiosa mientras caminaba hacia la habitacion de su hijo, golpeó la puerta con rabia. Eros abrió la puerta y al ver el rostro enojado de su madre, frunció el ceño y soltó un gran suspiro antes de apartarse para dejarla entrar.

-Eros, quiero que le pongas un freno a esa perra sarnosa de Lamia - Eurides no andaba con rodeos.

-Madre, te he dicho que no le digas asi. Está aquí por petición del consejo...

-Fue a la habitación de la reina para ofenderla. Esa perra estupida quería que bajara la cabeza delante de ella - gruñó con ira.

Eros cambio la expresion en su rostro y su mirada se oscureció. Había sido una odisea para que su madre consiguiera que la reina viniera a sus tierras y hacer una alianza, y Lamia iba a echarlo todo a perder.

-¿Cómo se atrevió? - murmuró, yendo de un lado a otro y pasandose la mano por el cabello.

-Espero que le pongaas un alto. Si dependiera de mí, la habría expulsado de esta manada hace tiempo - Eurides se dirigió hacia la puerta y salió de la habitación.

Eros, con una mirada ardiente de furia en sus ojos, salió de su habitación y avanzó con largas zancadas hacia la habitacion de Lamia. Al llegar sin detenerse, abrio la puerta de golpe, provocando que Lamia se asustara. Consciente de que si madre ya habia hablado con el, se adelanto para justificarse.

-Eros, escuchame. No es como te lo contó tu madre. Yo soy una alfa, y esa omega me faltó el respeto. Fui a darle la bienvenida como tu luna y ella...

Eros no la dejó continuar. La interrumpio con un rugido amenazador.

-Callate. ¿Cómo puedes ser tan estupida e insultar a la reina de otra region que viene a apoyarnos con la manadas en peligro? Ella no tiene porque respetarte. Es superior a ti o a mi. Me haces pasar vergüenza con tus tonterias. Te lo advierto, Lamia, si vuelves a ofender a la reina, me encargaré de que te pudras en un calabozo. Asi los lobos del consejo me saquen como alfa de alfas. ¿Entendiste?.

Lamia asintió y bajó la cabeza, apretando los dientes. Ella solo quería ser la luna de la manada. Eros y ella no habian tenido relaciones intimas. Cuando pensó que finalmente lo tendrian, Eros solo la marcó y se marchó, dejandola sola con el dolor en el cuello. Ni siquiera se quedo para lamerle la herida y aliviar su dolor. Desde ese día, solo le quedó una marca horrible que apenas se distingue.

Eros lasió de la habitación enfurecidoy regresó a su habitación para arreglarse.

Una hora despues, todos esperaban en el gran salón a la invitada especial. Lamia intentó colocarse al lado de Eros pero Eurides la vio y la apartó bruscamente, poniendose ella al lado de su hijo.

El momento había llegado. Se anunció la entrada de la reina con la princesa.

-Atención, demos, la bienvenida a la reina del Imperio Amanecer de la región del norte y gobernante de la Manada Amanecer - expresó uno de los hombres de confianza de Eurides.

Con un estruendo de aplausos, Danna hizo su entrada triunfal al salón. Su paso era altivo y elegante, irradiando una belleza que dejaba a muchos alfas atonitos. A su lado, sostenía con gracia la mano de su hija. La princesa estaba acostumbrada a estar en publico y a ser alabada por ser la princesa de su reino.

Eros se encontraba abrumado  por la escena ante él, incapaz de asimilar lo que sus ojos presenciaban. Ante él estaba su mate, pero ahora la veia de una manera distinta, mas femenina y mas hermosa que nunca. Aquella mujer era su pareja destinada por el vinculo del destino. Con la voz temblorosa y el sudor frío en su frente, susurró en un tono apenas audible, revelando su emocion y nerviosismo en cada palabra.

-Danna.

Un estremecimiento recorrio su cuerpo de manera involuntaria. Despues de cinco años, el familiar aullido de su lobo resonó en su interior, llenando el aire con su poderosa presencia. Hércules se manisfestó al captar la cercanía y la escencia de su loba.

Danna estaba saludando a los alfas mientras caminaba hacia el frente. Al estar cerca, levanto la cabeza y vio a Eros. Sus ojos se tornaron intensamente negros. Héde gruñó de rabia.

Eros notó la expresión en su mirada y tragó en seco. No sabía como tratarla, como mirarla. Un hormigueo recorrio su cuerpo.

Danna soltó un gran suspiro y con diplomacia continuo su camino. Al llegar al frente del lider alfa, habló con voz disimulada.

-Un placer estar en su manada, Alfa de alfas - Esbozó una sonrisa forzada para ocultar su rabia a los presentes. Se desmoronó cuando escuchó una vocecita.

-Alfa Eros, yo soy la princesa Eos Vilka -  la niña habló con dulzura.

Al escuchar esa voz melodica y tierna , Eros experimentó una sensacion abrumadora, como si la misma tierra temblara bajo sus pies. Esa hermosa niña huele a él, no habia duda que compartian la misma sangre. La alegria inundo cada rincon de su ser; tenia ante él a su lobita.

Sin embargo, la magitud de la emocion dejó a Eros paralizado. A pesar de sus intentos por hablar, las palabras parecian atrapadas en su garganta. incapaces de encontrar su camino hacia el extrerior. Su corazón galopaba a gran velocidad queriendo slair de su pecho, una mezcla de asombro, felicidad y temor invadian su cuerpo.

Eurides notó a su hijo petrificado y fue ella quien habló.

-Pasemos al comedor. La cena esta servida.

Danna tomó la mano de su hija y caminó hacia la gran mesa. Se sentó en la silla que le indicaron, con su cachorrita a su lado. Trataba de no mirar a Eros. No le daría el gusto de verla débil y derrocada. Ahora le demostraria quien era ella.

-Te has vuelto idiota con los años. Mejor camina y disimula tu impresion -  le susurró su madre bajito para que solo él escuchara.

Lamia sentía una profunda indignación en su interior. Había sido ignorada y colocada en un lugar distante de los anfitriones principales. Sin embargo, lo que mas le molestaba era la manera en que Eros miraba embobado a la omega. Desde su perspectiva, esa loba era simplemente una omega insignificante.

La noche continuo llena de formalidades que aburrian a Danna. No le quedaba otra opcion mas que seguir el juego a esos lobos. No estaba en sus tierras para protestar.

Eros intentaba hablar con otros alfas, pero no podia concentrarse. Hercules parecia esatr en un estado de agitacion. A pesar del caos que le generaba, Eros no podia evitar sentir una especia de satisfaccion por la presencia de su lobo, aquel que le había la dado la espalda durante cinco largos años. Ahora, finalmente, había regresado y demandaba su lugar a su lado con urgencia. Eros se dio cuenta de que la situcion con Danna era grave cuando buscaba conectar con su mirada y esta lo esquivaba. Veía a su hija comer feliz y su corazón se llenaba de tristeza por no poder estar a su lado.

-¿Cómo pudiste perder a mi familia, a mi loba? - gruñó Hércules al sentir a su loba molesta. Eros no le respondió, sabe que su lobo quejoso tenía razón.





La alfa Danna - Reina De Los Lobos Sin HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora