CAPITULO 12

251 17 0
                                    


Danna entró a la elegante sala de la mansión con una sonrisa en sus labios, pero en sus ojos brillaba una tormenta oculta. Se despidió de los presentes con el pretexto del cansancio del largo viaje. Agradeció las atenciones con cortesía y se retiró a su habitación.


Una vez en la habitación, la máscara que había sostenido ante los demás comenzó a desvanecerse. Se quitó la ropa como si un peso se desprendiera de su cuerpo. En busca de alivio, Danna llenó la bañera con agua fría y se sumergió en ella, permitiendo que el frío líquido aplacara sus emociones.


Desde que había regresado a la manada, las imágenes y sensaciones de lo que había vivido allí se asomaban en su mente. Unas lágrimas amargas escaparon de sus ojos y se deslizaban sin piedad por sus mejillas, mezclándose con el agua de la bañera.


Danna no podía entender por qué se sentía así. Abrumada por la confusión, la nostalgia y el dolor que le había causado su mate en el pasado.Hacía 5 años que huyó de la manada y no había experimentado celo ni atracción por otro lobo, esa parte de ella parecía haberse marchitado, como una flor en invierno. Su loba, cuando salía para estirar las patas, no soportaba estar cerca de otros lobos, reaccionaba con hostilidad y desconfianza.


El dolor la abrumaba, un dolor que iba más allá de las lágrimas que caían en la tina. La venganza era su segundo propósito al pisar la manada. Sabía que tenía que enfrentar una gran batalla por la supervivencia de Eos. Ella estaba dispuesta a todo por la tranquilidad de su hija. Para eso, tenía que ajustar varias cuentas y después llevarla de regreso a sus tierras.


Una figura alta y fuerte se escabulle en la habitación de Eos, él la vio dormir como un angelito. Se sentó en la cama para detallarla embelesado. Nunca se imaginó tener una hija tan hermosa como su madre. No se resistió y acarició su lindo cabello azulado, luego le dio un beso en la frente. Se levantó y se fue a su habitación.Al día siguiente, Danna se despertó temprano, se aseó y fue directo a la habitación de su hija.


 Abrió la puerta y la vio durmiendo. Se acercó, le dio un besito y la fue despertando con dulzura. Eos abrió los ojos con pereza y le sonrió a su madre.

-Vamos, cachorrita, levántate. Te ayudo a bañarte.


-No, mami, está haciendo frío. No quiero bañarme -protestó haciendo un puchero.


-Eos, tienes que bañarte. No puedes andar por ahí como una cachorrita apestosa -la alzó con mimos entre sus brazos y la llevó al baño.


En eso entró Maya, divirtiéndose al ver los pucheros de Eos por no querer arreglarse. Las tres salieron a desayunar, y Eurides ya las esperaba en la mesa.


Danna acomodó a Eos, quien miraba divertida el lugar.Maya había notado la reacción de Danna y el alfa ayer, decidió preguntar por él.


-Luna Eurides, no veo al alfa de alfas. ¿Ya desayuno?


Danna se sobresaltó y le dio un pisotón por debajo de la mesa a su amiga, mientras ponía los ojos en blanco. Maya la miraba divertida.


La alfa Danna - Reina De Los Lobos Sin HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora