Lamia llegó a la casa donde se encontraban los 5 ancianos reunidos. Al ver a Fabricio, se lanzó a sus brazos a llorar. El anciano la envolvió acariciandole el cabello.
-Mi nieta adorada, ahora que te hicieron en la mansión, ¿Quien se atrevió a hacerte llorar?
-Abuelito, desde que llegó la Omega, me han anulado de la mansión. Eros no va a venir. La mocosa anda pegada a el como garrapata. Trate de abogar por Gin, pero no me escuchó. Prefiere poner a su gente en peligro para estar bien con esa Omega - ella soltó unas lágrimas de tristeza.
Gin desde niña había estado con ella. A pesar de ser la hija de quien fuera su nana, era la que la acompañaba desde niña en sus travesuras. Por eso cuando se mudó a la mansión, la trajo con ella como una más del personal de servicio - Tu sabes el cariño que le tenía a Gin, abuelito.
Ustedes cómo el consejo de lobos tienen que hacerse escuchar y deben sacar a esa Omega que se hace pasar por reina.Fabricio apretó los puños. Con Orfeo fue difícil lograr que tomara en cuenta las palabras del consejo para la toma de decisiones de la manada. A Eurides debido a su alto linaje, los ancianos no pudieron arrebatarle el puesto de Luna. Ella tenía el respaldo de los alfas regentes de otras manadas. Como Eros no estaba involucrado en las gestiones de la manada por vivir en el extranjero, al morir su padre, tuvo que regresar para hacerse cargo de la manada, y esto lo hizo más susceptible a ser manipulado.
Los otros cuatro ancianos se miraron entre si con preocupación. Algunos estaban inquietos, concientes de que no podían ir en contra de las manadas. Habían sido testigos de los cambios en sus tierras. Incluso había casos de lobos que habían logrado atrapar peces en los ríos que antes estaban secos. La mayoría de la gente en la manada mostraba un fuerte apoyo hacia la reina. Sin embargo, los ancianos se resistían a meterse en problemas, temerosos de las represalias que podían recibir.
-Fabricio, te lo he dicho antes. No voy a tener al alfa Eros de enemigo por el simple hecho de ofender a la reina, todo por satisfacer los caprichos de tu nieta, que quiso ser luna de un alfa que no es su mate - hizo una pausa y dirigió su mirada hacia los tres ancianos, quienes asintieron con la cabeza - Nosotros apoyamos en su momento a tu nieta convenciendo a Eros de que tener una alfa Luna seria beneficioso para la manada.
Perdóname Fabricio por lo que voy a decir pero nosotros no somos responsables de que en 5 años tu nieta no haya logrado ganarse el afecto de Eurides, muchos menos el amor de Eros. Tampoco de ha esforzado por ganarse el respeto y la lealtad de la manada. Si actitud arrogante y altanera solo ha logrado que la gente en la manada la critique y no la reconozca como Luna - expresó con sinceridad uno de los ancianos.-Arcadio, no tienes derecho de hablar así de mi nieta.
Ella ha tratado de ganarse el afecto de Eurides y el amor del alfa. Pero Lamia no tiene la culpa que esa Omega utilice brujería para engañar a la gente ¿ O como explicas que domine a esas bestias salvajes?-Estas ciego, Fabricio. No podemos estar en contra de la reina. He averiguado sobre ella. Por sus venas corre sangre pura de la reina de las hadas. No podemos condenar a nuestras tierras a la decadencia total. Además, has visto como el alfa ha buscado la manera para que su gente no se muera de hambre. Ha apoyado constantemente a otras manadas a las que le han quitado sus tierras. Por mi parte, no cuentan conmigo para hacer algo en contra de la reina - hablo el anciano Joss, quien conoce lo que ha tenido que atravesar Eros después de que la diosa Luna lo castigó. Ha admirado el ímpetu del alfa, quien al no tener apoyo de su lobo, ha luchado por su gente y ha apoyado a otras manadas.
-Lamia, Joss tiene razón. La gente está apoyando a la reina. Yo personalmente hablaré con Eros pero no te prometo nada. Además, no tengo el apoyo de todo el consejo para ir en contra de la reina - habló su abuelo.
Lamia se separó de su abuelo y apretó los dientes, haciendo berrinche con los pies les gritó:
-No puedo creer que sean tan estúpidos. ¿Dónde quedó el poder que tienen por ser los lobos viejos de alto linaje de la región? ¿Cómo se atreven a tener miedo a una Omega que usa magia negra para engañar a la gente? Si ustedes no hacen nada, pues yo lo haré. En una semana es el torneo de lobos guerreros. Allí voy a solicitar combatir con es Omega y verán que la destrozare, soy una loba alfa entrenada y ella debe tener una lobita, por eso tiene que recurrir a esas bestias para que la defiendan, pero ellos no estaran ahí. Solo ella y yo. Después de que la destruya, solicitaré mi lugar de Luna. Eurides no podrá impedirlo puesto que la mate de Eros estará muerta.
Cuatro ancianos se miraron y sintieron lastima por Lamia. Porque habían escuchado que la reina combatía al lado de las bestias. No comentaron nada, solo se quedaron callados.
Fabricio salió junto a su nieta. Tenía que buscar la forma de hablar con el alfa de alfas. El era el anciano con mayor tiempo en el consejo y dolía tomar la mayoría de decisiones por los demás ancianos.
Danna y Maya entraron juntas al calabozo. Descendieron por las escaleras, cuando llegaban a la celda de Gin, un guardia que se encontraba allí, la saludo.
-Su majestad, estoy a su servicio.
-Por favor, abra la celda y déjenos a solas. Danna habló con autoridad.
- Como ordene, su majestad - el hombre salió casi corriendo del lugar. Danna se quitó la toga y se la entrego a Maya, quien sonrió con picardía. Luego, Maya dió media vuelta y subió las escaleras para observar desde arriba.
-Vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí, a la grandiosa Gin. Quien se atrevió a intentar lastimar a mi hija. ¿Crees que me iba a quedar tranquila? - pregunto de manera calmada.
Gin estaba sentada en una pequeña cama y se levantó al escuchar a Danna. Se tranquilizó un poco al ver quién la iba a castigar, susurró mentalmente "el castigo del alfa iba a ser peor".
-Majestad, por favor, no me lastime. Yo no quería hacerle daño a su hija. Solo quería comprobar que estuviera alerta ante los peligros. ¿Cómo iba a querer dañar a la hija de una reina? - expresó desesperada. Tenía que rogar hasta lo último por su vida.
Danna soltó una carcajada. No podía creer lo descarada que era esa mujer.
- Ahora sí soy tu majestad. Te refieres a mi con respeto, ¡Que hipócrita eres! Pensé que iba a encontrar una Gin altanera y lo que encuentro es una cobarde - dijo en tono burlón. Sus ojos se tornaron rojos como el fuego - Gin, Gin, quiero combatir contigo, si me ganas, te prometo que te sacare de aquí y te perdonaré la vida.
Gin abrió los ojos sorprendidos. Sabía que esa Omega era igual que ella. Murmuró mentalmente: "Su loba debe ser del tamaño de Fena". Solo tengo que aguantar. No pasará de una rasguños y golpes para luego ser libre, levanto la cabeza con altanería y vocifero con firmeza.
-Acepto. Te demostraré que soy más fuerte que tú Omega.
Danna volvió a reír.
-Ahora no soy ni la reina, ni su majestad. ¡Que descarada eres! Empecemos - ella le dió el control a Hede, una loba grande con destellos plateados apreció soltando un gruñido feroz.
Gin se sobresalto de miedo, no esperaba encontrase con una furia. En ese momento, supo que su vida estaba en peligro. Si loba Fena, emergió aterrorizada y trató de defenderse pero Hede no tardo en atacar, dejándola herida tras varios mordiscos. Luego, Hede cedió el control a Danna al ver que la loba herida volvía a su forma humana. Gina agonizaba con una herida profunda en el cuello. Danna salió de la celda con elegancia y Maya se acerco a ella para colocarle la toga.
-Ordena que saquen a Gin de aquí y la arrojen a algún acantilado. Quienes intenten dañar a la princesa no merecen permanecer en estas tierras - indico mientras salía del lugar.
ESTÁS LEYENDO
La alfa Danna - Reina De Los Lobos Sin Humanidad
Lupi mannariDanna era una joven de 20 años con una belleza natural y unos hermosos ojos de múltiples colores. Era dulce y tierna, fue criada por una pareja de omegas, y su vida era tranquila hasta que conoció a su mate. Eros era el alfa de la manada azul. A sus...