Capitulo XII

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Un placentero aroma hizo que abriera lentamente mis ojos. Parpadee múltiples veces hasta poder acostumbrarme al entorno donde estaba.

Una habitación desconocida era lo que veía. Note que era una habitación de un hotel y en ese momento me asuste.

Yo no recordaba haber venido a un hotel.

Me levanté de golpe pero me percate de un peso en mi cadera. Un brazo estaba pisado sobre estás y se aferraba fuertemente a las mismas. Volteo lentamente mi cabeza, tal cual como enas películas de terror donde el protagonista está apunto de encontrarse con el asesino parado atrás de el. Bueno así me sentía yo.

Y lo que vi era peor que un asesino. Mucho, mucho mucho, peor. Max, el engreído, que odiaba y que tal vez, solo tal vez estaba empezando a gustarme, pero por su estupido comportamiento hecho todo por la borda.

El estaba abrazándome y eso no era lo peor. Yo no tenía mi ropa. Estaba desnudo, tal cual como dios me trajo al mundo.

Solté un grito de sorpresa y me aleje de manera brusca por lo que me caí de la cama. Max seguía dormido, enterraba su cara en mi almohada y la olía entre sueños como si buscará un aroma en particular.

Hablando de eso porque olía tan malditamente bien. Ese aroma a whisky que había olido anteriormente estaba más que presente en la habitación. Se sentía dominante y mi cuerpo queria doblegarse ante tal aroma.

Y sabía bien por experiencia de otros amigos que eso no era bueno. No era para nada bueno. Era imposible que este pasando lo que yo pienso.

Me levanté rápidamente del suelo y fui directo al baño y lo que vi me sorprendió.

Mis pechos, más exactamente mis pezones, estaban rojos e hinchados y marcas de mordidas se veían en los mismos. Marcas rojas estaban por todo mi cuello y eso no era todo. Yo, yo estaba diferente. Parecía completamente otra persona.

Mis caderas eran más anchas y mi cintura más pequeña y fina. Mi pelo corporal, el cual tampoco tenía mucho pero al menos había algo, había desaparecido por completo. Mi piel era lisa sin ninguna imperfección. Mi trasero, dios mi trasero era enorme. En si todo en mi cambio.

Me asuste. Demasiado para ser sincero, no se que estaba pasando.

Empecé a soltar sollozos y a los pocos segundos después la puerta del baño se abrió de golpe mostrando a un Max agitado u despeinado. El aroma a whisky volvió a aparecer y ahí lo entendí. Ese aroma era de Max, siempre había sido Max.

-¿Que paso lindo? Sentí tus feromonas y al despertar no te vi en la cama..- dijo mientras me agarraba de la cintura, me jalo hacia el y por instinto lo abrace como koala y puse mi cara entre su cuello y hombro aún llorando.

El se sorprendió al escucharme pero no dijo nada y me aprisiono más hacia el.

Pasaron los minutos y por fin logré tranquilizarme. El estuvo en todo momento acariciando mi espalda y pude sentir su aroma aún más fuerte.

Pero luego me di cuenta de lo que estaba haciendo.

Estaba abrazando a Max. Y el me trataba con mucho cariño. ¿Qué carajos paso estos días?

Me separé de el y pude ver qué estaba confundido.

-¿Qué me hiciste Max?- pregunté de manera directa. Toda la situación me estaba frustrando.

El pareció entender lo que sucedía y pude ver qué su mirada se oscureció.

-No te acuerdas verdad? Dios que manera de empezar el dia.- suspiro y paso su mano por el cabello.

Mío (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora