Capítulo XXI

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No me gustan los hospitales. Es más, podría hasta decir que los odio.
A quien en este mundo le podría gustar un lugar donde el desinfectante y los olores de las personas enfermas se mezclan entre si. Sumando el hecho que al ser un alfa el sentido del olfato hace que tenga varios disgustos.

Pero podría estar 10 años aquí si es por la salud de mi Omega. Nada es más importante que checo.

Estamos caminando entre los silenciosos y blanquecinos pasillos del hospital, nuestro destino era el consultorio privado del doctor que nos atendió la última vez.

Volteo hacia mi Omega y no puedo evitar una sonrisa disimulada de mi parte. Checo está con un notable ceño fruncido el cual resalta de alguna manera sus pecas. El voltea a verme al sentir que los estoy viendo.

-¿Qué miras?- pregunta en un adorable enfado. Si yo odio los hospitales, el los detesta con el alma.

-Lo hermoso que te ves.- el se queda en silencio con un sonrojo en su mejilla y relajando la mirada. Desvía la la mirada en un intento de ocultar su sorpresa pero es en vano.

-Te daría un beso por tal cumplido pero te lo pierdes al obligarme venir al hospital por un simple golpe.- responde sin muchos ánimos y dando un suspiro de cansancio.- Además ¿Por qué este? Hay miles de hospitales en esta ciudad y tenías que elegir esté-

El se refería a que aquí fue donde encontré a checo en aquella habitación de este hospital en una situación tan... Reveladora. Dónde tuvo su primer celo y no solo en eso fue su primera vez. Sonrió al recordar eso y mi lobo gruñe como respuesta.

-Porque este es el mejor hospital de esta ciudad y no soy doctor pero estoy seguro que un simple golpe no es uno en el que te puedo ver el cráneo.- bromeó con el mexicano apuntando a su herida la cual no necesitaría más de tres puntadas.

-No seas ridiculo.- me da un golpe en el brazo para después seguir avanzando. Nuestros pasos son lo único que se escuchan.

-Tal vez deberíamos aprovechar y consultarle al doctor sobre participar en este gran premio.- rompo el silencio y me quedo mirándolo fijamente para esperar una respuesta de su parte o una reacción de su cuerpo.

Y tal como lo pensé, sus hombros se ponen rígidos y juguetea con sus dedos lo cual hace siempre que está nervioso.

-Mi sol.- digo como una pequeña advertencia pero pregunta al mismo tiempo.

-Lo se Max, simplemente estoy nervioso acerca de eso pero si el doctor piensa que no debería correr en la próxima carrera, así será.- las últimas palabras se escuchan con pesar y simplemente me limito a mantenerme cerca de el para demostrarle mi apoyo.

Después de pocos minutos una gran puerta blanca la cual teniauna pequeña placa plateada con un grabado. "Dr. Räikkönen" Vaya nombre.

Checo por un segundo duda para poco después abrir la puerta. El doctor sube la mirada y puedo notar una sorpresa en sus ojos, para luego quedarse viendo a la herida del omega en su frente.

-Tiempo sin verlos- ironía es lo que se escucha en su voz- ¿A qué debo el gusto? No recuerdo tener ninguna cita age...- el buscaba entre sus papeles.

-No tenemos una cita, pero como ya se ha dado cuenta mi Omega tiene una herida y quiero que lo cure. El dinero no es problema.- mi voz suena monótona pero hay un toque de angustia.

El beta me mira sin ninguna expresion, sus ojos pasan de estar sobre mi a recorrer el rostro de mi omega, sigue así pocos segundo para después soltar un suspiro y quitarse los lentes de su rostro.

-Sientate en la camilla por favor Sergio.- el nombrado asiente para dirigirse ahora a la camilla.

Después de la revisión del doctor este se acomodo nuevamente los lentes.

Mío (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora