El Dolor De Naruto I

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Habían sido liberados de aquel confinamiento en el que fueron encerrados hacia tres años y medio. Y aunque en esa dimensión el tiempo no transcurría, lo cierto era que en la realidad donde Naruto y Hinata vivían, el tiempo si pasaba.

Naruto recordaba el momento en el cual fueron encerrados allí como si acabase de suceder, y lo cierto era que para él acababa de ocurrir. Era mediodía, Hinata terminaba de preparar el almuerzo, la mesa estaba puesta. Habían enviado a Hima a comprar el pan.

Naruto se encontraba en la mesa leyendo las noticias cuando Kawaki entró. Parecía normal, como solía ser él. Hacia tan solo dos días le habían dado asilo a Ada y a Deamon en la aldea. Naruto creyó que sería una buena idea para Konoha, pero le hubo encargado al equipo 7 que los vigilasen.

Por eso cuando Kawaki entró a la casa se sorprendió, debido a que ese no era el lugar donde tenía que encontrarse.

El niño se sentó frente suyo y empezó a agradecerle todo lo que había hecho hasta el momento por su persona, se veía triste al recordar su oscuro pasado cargado de dolores y traumas.

Kawaki reconocía que Naruto lo cambió completamente, ya que estaba dispuesto a morir por él y su seguridad. Hasta ahí todo iba bien, el rubio le sonrió felíz diciéndole que lo consideraba su hijo y que todo padre siempre debía proteger a su hijo.

Esas palabras cargadas de sinceridad y amor paternal llegaron al corazón del mismo niño reafirmando su decisión.

Cuando Kawaki le dijo que debido a eso, él había decidido matar a Boruto todo cambió. Tanto Naruto como Hinata interrumpieron lo que estaban haciendo para mirarlo a los ojos, en busca de algo que les indique que no hablaba en serio.

Pero lamentablemente confirmaron que Kawaki estaba diciendo la verdad, hablaba muy seriamente y al parecer nada lo haría cambiar de opinión.

Tan profundo y tan grande era el afán de Kawaki por proteger al Naruto que no le importaba nada más que su seguridad, que el Séptimo siga con vida era el bien mayor. En definitiva para el niño, el fin justificaba los medios.

Estaba dispuesto a sacrificar el bienestar de los demás con tal de alcanzar sus propios objetivos. Por supuesto que Naruto se desesperó e intentó persuadirlo, hacerle ver que se equivocaba, que ese no era el camino correcto.

La misma Hinata empezó a llorar e incluso lo abofeteo para que reaccione, pero Kawaki solo confirmó que ninguno de los dos lo entendía.

— ¡No voy a permitir que vuelvas a matar a Boruto! ¡Ya lo hiciste una vez y por suerte Momoshiki logró revivirlo!

— Ese fue el más grande error padre. Revivir a un asesino como Boruto — dijo Kawaki en forma de autómata, con su mirada fría y distante. Totalmente alejada ya de la realidad que lo rodeaba — Pero ésta vez nadie logrará traerlo de vuelta a la vida. Te lo prometo padre.

Naruto no daba crédito a lo que escuchaba de Kawaki. ¿Cuándo se volvió alguien así? El rubio desconocía al niño que ahora tenía frente suyo.

—¡Antes tendrás que matarme a mí primero Kawaki! — ante esas palabras del Séptimo, el niño abrió los ojos asombrado — ¿Entiendes lo que te digo? ¡Tendrías que atravesarme a mí primero! ¡Porque jamás te dejaré matar a Boruto!

Esto enfureció a Kawaki ya que confirmaba que el Séptimo no valoraba lo que él estaba haciendo, no solo no lo entendía sino que tampoco hacia el intento por lograrlo. Y todo porque Boruto era su hijo biológico.

— Todo, absolutamente todo lo que hago y haré es solo para protegerte a tí y a la aldea que tanto amas padre. Al menos deberías valorar mis esfuerzos en vez de condenarme así.

Amores Toxicos ~Naruto y Boruto ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora