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Bajamos del auto y caminamos hasta la entrada del lugar, el hijo del señor Kleiman nos recibió.

— Buenos días chicos,- dijo pasando su mirada por cada uno de nosotros hasta que se detuvo en mí.- hola de nuevo.

— Hola señor Kleiman.- dije y él nos indicó que los siguiéramos.

— ¿Vienes a verlo de nuevo?- asentí aunque no me miraba.- Búscalo donde lo viste la última vez.

— Está bien eso haré,- me giré a ver a los chicos.- ¿Vendrán conmigo o..?

— Yo te acompaño.- dijo Jacob caminando hasta mi lado.

— Y yo...- estaba diciendo Alex pero lo cortó Milán.

— ¡No! Espera, no quiero ver nada paranormal, lo prometiste.- dijo señalándome.

— Te prometí que nada malo sucedería.- dije y ella volvió a morder su uña.- Si tú quieres quédate, no hay problema.

— No quiero quedarme sola.- dijo y tomó el brazo de Alex.- ¿Te quedas conmigo y probamos el vino?.

Él me miró, subí y bajé mis hombros.

— Está bien me quedo contigo.- dijo y ambos siguieron al señor Kleiman, sin antes Alex lanzarle a Jacob una mirada filosa.

Caminé con Jacob hasta el inicio del viñedo.

— ¿Qué le preguntarás cuando lo veas?- preguntó el chico a mi lado.

— La verdad no es con él con quién busco hablar.- dije y lo miré.- Hablaré con su hija, ella fue una de las desaparecidas de hace 8 años.

— ¿Crees que te hablará?- inquirió y no supe que responder.

— Espero que si.- respondí y comenzamos a recorrer uno de los caminos.

Nadie dijo nada durante el corto trayecto hasta la banca en que me senté aquel día.

Llegamos al lugar, no había nadie cerca. Observé como Jacob se sentó.

— Siéntate, puede que tarden en venir.- hice caso y me senté a su lado.

Observé a mi alrededor varias veces, pasaron 30 minutos y nadie venía, ni siquiera un turista.

Me levanté de golpe y comencé a caminar de nuevo, Jacob no me llamó así que continué.

En la siguiente banca observé a dos personas sentadas y mirando la vista que el viñedo proporcionaba.

Me acerque un poco más y ese cabello castaño, me regreso a la primera vez que visité éste lugar.

— Hola señor Kleiman,- observé al nombrado y él giro a verme sonriendo.- Hola Louisa.- saludé a la mujer a su lado.

— Hola linda hace días que no te veía.- dijo y sonreí.

— Lamento no visitar seguido el viñedo.- pasé un mechón de mi cabello detrás de mí oreja.

— No te preocupes querida,- dijo mirándome.- veo que hoy viniste acompañada.- miré sobre mi hombre y vi la figura de Jacob tras de mí.

— Creo que deberíamos irnos, padre.- dijo la mujer levantándose.

— ¡Espera! Necesito hablar contigo.- dije y su cabello castaño se elevó por el aire.- Quiero preguntarte algo.

— No quiero hablar con nadie papá. Vámonos.- rogó.

— Ella necesita de ti, ayudala.- le pidió el señor Kleiman.

— Será rápido, lo juro.

— Está bien, ¿Qué quieres preguntarme?- inquirió.

— ¿Recuerdas los momentos de tú desaparición?- pregunté y ella mirando el suelo asintió.

[Verano]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora