Capítulo 2

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Había una diferencia enorme entre los dos hechiceros y era algo demasiado evidente entre ambos; tan evidente que el mismo Yuji Itadori debería estar preocupado por su propia muerte. Sin embargo, estaba pasando algo extraño con el joven hechicero. Su cuerpo, según sus palabras, había comenzado a "calentarse" y su respiración se había vuelto hiperventilada, como si buscara constantemente oxígeno que llenara sus pulmones cada pocos segundos, siempre pareciendo cansado y jadeante frente a los ojos de Naoya Zenin, su adversario.

Por su parte, Naoya estaba sorprendido por dos cosas.

La primera, era la resistencia del contenedor de Sukuna frente a sus golpes, los cuales no eran precisamente débiles. Había golpeado el estómago del adolescente y lo había enviado a estrellarse contra la pared. ¿Y cuál fue su respuesta? Le devolvió el golpe a los pocos segundos sin mostrar rasguño alguno o hematoma visible a sus ojos, como si no hubiera recibido el golpe de su lado.

La segunda era precisamente el "Puño Divergente", el golpe que Yuji había conectado efectivamente superando su ritual maldito. ¿Cómo, un aprendiz de primer año, había deducido la función de su técnica innata y había superado los 24 frames? Era algo inaudito. Incluso hechiceros con mucha más experiencia no habían logrado ver esa debilidad ni la habían superado.

Y eso era un golpe para su orgullo.

Para alguien orgulloso y lleno de sí mismo como lo era Naoya, ser superado por el "error" de la Sociedad de Hechicería, era demasiado para él y lo había llenado de rencor y una sed de venganza contra el adolescente. Pero era una venganza por la herida en su orgullo, no porque Yuji hubiera decidido hacer algo contra de él.

Por ello mismo, los ojos de Naoya parecían haberse oscurecido y haberse llenado de un enorme sentimiento negativo. Un sentimiento que Choso intuyó que pertenecía a un trauma propio del hechicero asociado a algún tipo de baja autoestima. Al menos, eso era lo que la maldición de grado especial vio en Naoya.

Naoya ahora estaba entre la espada y la pared. Debía, ante aquella afrenta, tomar la cabeza de Yuji y de Choso. Y ya no era algo que debía hacer solamente por las ordenes de los Ancianos. Ahora era algo de cuestión meramente personal. ¡Él estaba al nivel de esos dos hombres! No podía ser menospreciado de esa forma.

Mientras esos eran los pensamientos de Naoya Zenin sobre Yuji Itadori, los pensamientos del hermano mayor Choso eran distintos. Tras ver la reacción de su pequeño hermano ante el ataque de Naoya, entendió por lo que su hermano estaba pasando y por lo que arrastraba desde su pelea con Mahito: Yuji Itadori estaba creciendo, evolucionando como lo haría una maldición y estaba creciendo bajo presión en todo momento, y parecía seguir haciéndolo.

Por otro lado, los pensamientos del propio Yuji estaban centrados únicamente en superar la técnica maldita de Naoya y no dejar que este lo golpeara nuevamente. De hecho, había convertido golpear al Zenin en su objetivo personal, pero no con una fuerza residual, si no con toda la fuerza del "Puño Divergente" para poder terminar el enfrentamiento.

Debido a ello, la batalla se había vuelto en "quien golpeaba primero a su objetivo", dejando todo lo demás a un lado. Si Yuji golpeaba con el "Puño Divergente" a Naoya directamente y con toda la fuerza, la victoria sería del propio Yuji. Sin embargo, si Naoya usaba su propia técnica innata de la mejor manera y con mucha más eficiencia, él podría buscar el hueco para vencer la resistencia inhumana de Yuji.

Sin embargo, había que añadir un elemento.

Choso seguía en la batalla, siendo cubierto por Yuji. Ambos "hermanos" se complementaban. Haciendo uso de la Técnica de Manipulación de Sangre, Choso atacaba de forma distante, a larga distancia y ponía esa distancia entre él y Naoya y se volvía en un peleador de larga distancia mientras su pequeño hermano Yuji peleaba de forma directa y cercana como el luchador de corta distancia que era.

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