14

721 99 1
                                    

amamantar / fugas de leche / extractor de leche

Desde antes de que Emilian naciera, Max estaba decidido a amamantar, al ser hombre, iba a ser un poco más difícil de que su cuerpo creara leche suficiente para el bebé, pero había hablado con varios especialistas y con varios tratamientos y pastil...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Desde antes de que Emilian naciera, Max estaba decidido a amamantar, al ser hombre, iba a ser un poco más difícil de que su cuerpo creara leche suficiente para el bebé, pero había hablado con varios especialistas y con varios tratamientos y pastillas que no dañarían a su bebé en gestación, Max estaba seguro que podría hacer esa tarea con facilidad.

Y lo fue, los primeros meses producía la leche suficiente para su bebé y tenia botellas de reserva que servían en la noche cuando era el turno de Sergio de cuidar a Emilian.

Pero una tarde, después de haber alimentado a Emilian, Max notó que seguía produciendo leche. Al principio, pensó que era algo normal, pero con el pasar de la horas, se dio cuenta de que sus pectorales estaban más inflamados de lo normal y sus pezones se veían rojizos como con una irritación.

Trato con el extractor y fue doloroso la succión, utilizo una pomada multiuso para pezones que su esposo había comprado, lo esparció alrededor de sus aréolas y probo nuevamente, funciono hasta que fue hora de dormir.

Estaba sentado en su cómoda cama, en sus brazos estaba Emilian, que succiona con una fuerza sorprendente para tener tres meses. Sus lindos ojitos azules miraban con una fascinación sorprendente a Max. El sabia que su bebé lo amaba, pero Emilian era una cosa diferente cuando estaba con su papá Checo, era balbuceos, risitas intentos de besos babosos que solo resultaban de el restregando su boquita llena de baba por la cara de su papi Checo. Y Max lo entendía, Sergio era un hombre excelente y como papá era espectacular, siempre al pendiente de ellos, teniéndolos cómodos, dándoles toda su atención cuando estaban en la misma habitación.

—¿Estás bien, cariño? —preguntó Sergio con preocupación.

Max suspiró, sintiéndose frustrado por la situación en su pecho, el contaba los minutos que duraba su bebé comiendo de él, lo repartía en mitad para que comiera de sus dos 'pechos' pero no llevaba ni diez minutos de haberlo cambiado y su pectoral se sentía pesado otra vez.

—Sí, pero últimamente he tenido algunos problemas con lo de leche y siento que no puedo controlarlo. Es como si mi cuerpo estuviera produciendo más de lo que Emilian necesita.

Sergio asintió comprensivamente y le dio un beso en la cabeza.

—Es posible que estés experimentando una sobrepoblación de leche, Leí sobre eso y es algo común, pero podemos buscar ayuda si lo necesitas. Hace tiempo dejaste de tomar tus pastillas y quizás tengas algún desorden hormonal, sacare una cita mañana a primera hora ¿vale?

Max asintió, aceptando con la situación. Termino de darle de comer a Emilian y se lo entrego a su esposo que hizo toda su rutina nocturna. Con cuidado cogió el monitor que estaba en la mesita de noche y que mostraba la imagen de la habitación de su bebé.

En la imagen apareció Checo, que arrullaba a Emilian con cuidado mientras le sacaba los gases para enseguida cambiarlo y acostarlo en su cuna.

Sabiendo que ya se irían a dormir, tomo el control inteligente de la habitación y cerro las persianas y bajo las luces un poco.

Vio a su esposo ingresar a la habitación mientras se quitaba la camisa y caminaba rápidamente hacia él. Max lo recibió con los brazos y piernas abiertas.

Ya había pasado su tiempo de cuarentena y su cicatriz de cesaría ahora era un línea roja que lentamente se iba ocultando con todas las cremas que se aplica.

Sergio se subió encima de el mientras le daba esa mirada que le encantaba

— Hola espero que no estés cansado porque espero tener tiempo de calidad con mi lindo esposo.

Se rio mientras tiraba del cuello para empezar un beso, de esos que les encantaban a ellos dos. Sintió la mano de Checo subir por sus muslos, abdomen y finalizar en el pecho, al cual le dio un apretón que le dejo la mano húmeda.

Se detuvieron y miró a Sergio con una expresión entre sorpresa y risa.

—Parece que es hora de otra recarga, ¿no crees? —bromeó Sergio.

Ambos rieron mientras Max se quitaba su camisa de botones, las que se hicieron sus mejores amigas para amamantar.

Max se iba a levantar a buscar el extractor cuando unas manos en su cintura lo detuvieron.

— ¿Para donde vas amor? Te voy ayudar yo.

Y antes de poder reclamar tenia la boca de Sergio en unos de sus pezones mientras succionaba con fuerza. Su otra mano estaba en su otro pecho mientras lo acariciaba lentamente.

En la mañana o más tarde, le reclamaría a Sergio por comerse la comida de su hijo, por el momento lo disfrutaría.

Sweet August. [CHESTAPPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora