Capítulo 3

277 39 2
                                    

Como en todos sus casos, se ponen manos a la obra. El día de Martin Luthor King Jr. se reúne con Yongsun, dispuesta a obtener todos los antecedentes.

Ya se retiraron los adornos navideños de la cafetería, dejando un ambiente mucho más informal, que Byul agradece con creces.

—Gracias por aceptar que nos reuniéramos aquí. —Yongsun se pasa el antebrazo por la frente y desvía la visera, mientras coloca una taza (de caramelo macchiato, se da cuenta) delante de ella y se desliza frente a Byul—. Trabajo doble turnos todo lo que puedo mientras Hana está en el colegio, lo que me da una hora de descanso entre medias. Y Jo, mi jefa, es muy benevolente cuando necesito tiempo libre.

Byul cruza la mesa y coloca su mano sobre la de Yongsun, sintiendo la piel cálida y suave flexionarse bajo su palma.

—Oye, no tienes que darme las gracias.

Espera que la tranquilidad que tanto desea transmitir se refleje en su rostro. Se le da bien eso de calmar a la gente durante lo que suele ser una de las peores experiencias de su vida, y eso es lo que le ha ayudado a progresar en el trabajo en la última década.

Yongsun sigue dándole café gratis cada vez que viene, negándose a aceptar dinero porque: Byul haces mucho por mí. Lo menos que puedo hacer es comprarte el café.

A medida que sus reuniones se intensifican, descubre que disfruta estar en The Bean Dream: su pedido siempre es perfecto y los dulces también. Yongsun es buena en su trabajo, observa en los momentos de descanso. Después de todo, las reuniones de trabajo son el único momento en el que llega antes de tiempo.

Es educada con los clientes, con una sonrisa perfectamente pulida en la cara, que Byul está acostumbrada a ver en los abogados en las fiestas de empresa, pero que resulta encantadora independientemente del entorno. Y observa con cierta diversión, dada la segunda mirada que Yongsun suele recibir de la mayoría de los hombres y algunas mujeres después de servirles, que la gente viene por aquí por algo más que café.

Yongsun la mira con una interesante combinación de cautela y amabilidad, deslizándose siempre frente a ella o a su lado, según la mesa que elija. A veces, las dos veces que Byul llega unos minutos tarde, ve a Yongsun ya sentada, con dos tazas adelante, dibujando en un cuaderno de bocetos. Era el mismo que había llevado al almuerzo, pero ella lo había confundido con un cuaderno normal.

Como tienen que reunirse en periodos de tiempo tan cortos, acude con más frecuencia (un par de veces a la semana), pero obtiene de  ella toda la información que necesita, pelando una a una las capas de su matrimonio:

—Nos conocimos en la universidad: él estudiaba Derecho y yo Arquitectura. Y era encantador. Se esforzaba al máximo: nos llevó a París en nuestro aniversario de tres meses, y yo... nunca había hecho nada parecido. Ni siquiera había salido del país antes. No crecí con todo ese dinero. Luego, justo antes de mi último año, quedé embarazada, y cuando él me propuso matrimonio y me preguntó qué me parecía ser ama de casa, pensé que sonaba como la vida de la gente a la que tanto envidiaba.

Y...

Sabía que me engañaba; no soy tan ingenua. Si tuviera que adivinar, creo ha tenido aventuras durante al menos seis años. Estuvimos casados casi diez, y yo... estaría dispuesta a apostar que tampoco me fue fiel al principio. Pero nunca me lo habían echado en cara como con Mindy.

Y...

No es fácil dejar a Taeyang. Lo había pensado muchas veces. Se me ocurrieron muchos planes, pero él tiene temperamento. Y no hay muchas cosas que me asusten que no estén directamente relacionadas con mi hija, pero Taeyang en su peor momento... era aterrador.

Cuando Menos Te Lo Esperas [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora