Capítulo 15

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Hace un año, el último lugar que Byul habría imaginado visitar el Día de los Veteranos era una venta de pasteles navideña, en una escuela primaria.

Pero Kim Yongsun la había besado.
Yongsun la había besado y luego no la había llamado ni le había enviado un mensaje de texto, como acostumbraba a hacer todas las noches, y esta mañana tampoco había respondido a su mensaje.

Es lo único en lo que puede pensar.

La decoración es lo último en lo que piensa cuando entra en el gimnasio, acompañada de sus padres. Habían almorzado juntos —una tradición de cumpleaños— antes de mencionar que iban a apoyar a la clase de Minji en la venta de pasteles.

Los dos la miran con cara de sorpresa cuando acepta ir con ellos, pero ella no puede evitarlo.

Hoy tiene una misión.

Hoy, los pavos de Acción de Gracias y las réplicas de cornucopias no le llaman la atención. Las serpentinas navideñas, que normalmente le harían hacer una mueca, ni siquiera aparecen en su radar.

No, hoy solo tiene ojos para Yongsun.

Sus padres se separan de ella cuando ven a su hermano y ella accede a reunirse con ellos cuando termine, sin apenas prestar atención mientras vislumbra a Yongsun.

Su paso se detiene cuando la ve al otro lado de la sala. La mesa, detrás de la que está con otra mujer y un hombre -otros dos padres de la Asociación de Padres, supone- sigue medio llena de productos de pastelería, con un aspecto delicioso.

Pero Yongsun tiene un aspecto aún más delicioso. Lleva el pelo recogido en un moño y viste un suéter de punto y unos leggings, con una sonrisa radiante en la cara mientras ríe con algo que dice el hombre.

A medida que se acerca, sus pasos se ralentizan y su mente, que anoche había estado tan llena de pensamientos acelerados, se vacía. Nunca se había sentido tan atada por un beso, pero no puede dejarlo escapar tan fácilmente.

Yongsun se queda helada cuando la ve, con las manos posadas sobre la alcancía que estaba a punto de abrir. La preciosa sonrisa risueña de su cara se congela.

—Byul. Hola.

—Hola. —Se siente tan estúpida al decirlo, sobre todo, después de haber pasado la noche anterior con miles de preguntas en la cabeza—. Pasé con mis padres —señala hacia donde están sus padres, en el puesto que Jimim ayudó a construir para la clase de Minji—, después de comer.

Pero sostiene la mirada de Yongsun y no la suelta ni un momento, sintiendo el pulso de energía entre ellas, y sabe que Yongsun sabe que está aquí para algo más que eso.

La boca de Yongsun se abre y se cierra. Y vuelve a abrirse al cabo de un momento.

—¿Te traigo algo?

Sin embargo, su mirada no se aparta de Yongsun. Es imposible, cuando siente que se la está bebiendo.

—Um, claro. Me llevaré dos brownies y... ¿cinco minutos de tu tiempo?

Yongsun se sonroja —muy débilmente, pero está ahí— mientras niega con la cabeza.

—Realmente no...

—¡No te has levantado de esta mesa desde que llegaste hace tres horas! —Dice el hombre—. Ve a tomarte un descanso. —Se gira para mirar a Byul, con una sonrisa fácil en la cara—. Desde que Yongsun apareció el año pasado, nos ha dejado a todos boquiabiertos.

—Lo creo. —Y lo hace. Yongsun, antes de su divorcio, era la madre de la Asociación de Padres y Maestros; una vez le dijo a Byul que un año se había encargado de organizar todas las recaudaciones de fondos en la antigua escuela de Hana.

Cuando Menos Te Lo Esperas [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora