Capítulo 1

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Moon Byul nunca ha creído en la magia de la Navidad. Cuando era pequeña, su hermano Doyun había revelado el secreto de Papá Noel tan temprano en su vida, que ni siquiera recordaba haber creído en él. Normalmente, venían familiares a quedarse con ellos, por lo que ella acababa durmiendo en un colchón inflable en la habitación de su hermano Jimin, que aún roncaba. Cuando vivían sus abuelos, ni siquiera les permitían dormir hasta tarde o relajarse, porque tenían que prepararse a toda prisa para la misa de Navidad.

Y ni hablar de que su primera novia había terminado con ella el día que empezaban las vacaciones de Navidad. Felices fiestas.

Y ahora, como abogada de divorcios, puede ver de primera mano cómo las fiestas destrozan a las familias. Como un reloj, las tasas de divorcio aumentan un tercio cada año, lo que la convierte en su temporada más ajetreada. Todas las tensiones financieras y el tiempo forzado a estar juntos… noticias de consuelo y alegría, sin duda.

La lista es interminable.

No hace falta decir que no espera que su vida cambie en la víspera de Navidad.

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Sabe que no debería detenerse por un café. Pero, maldita sea, acaba de salir de la oficina, aunque se suponía que tenía el día libre debido a las festividades. Pensaba que tendría toda la mañana para holgazanear y relajarse antes de poder ir, tranquilamente, a cenar a las cinco a casa de sus padres.

Y quizá tenga la mala costumbre de llegar un poco tarde, pero este año no es culpa suya.

En lugar de su día relajado, había estado lidiando con lo que era uno de los divorcios más feos que había tenido el placer de litigar. Convertirse en una de las mejores abogadas de divorcios de la ciudad no le ocurría a la gente que se negaba a trabajar durante las reuniones de urgencia, fuera el día que fuera.

En serio, era Navidad. Entonces, ¿qué esperaba? Ingenuamente, había pensado que porque Dahee había terminado con ella —léase: la había engañado y abandonado— hace dos semanas, ya se había agotado su mala suerte navideña del año. Está claro que nunca se debe subestimar los males de esta época del año.

Hace una mueca cuando, de repente, su pie se empapa en un charco frío y húmedo, que no había notado de una tormenta de nieve anterior que ahora se está derritiendo… demasiado para una blanca Navidad.

—Felices fiestas, de hecho —murmura mientras sacude el pie y abre la puerta de la cafetería, esa última mala cosa toma la decisión por ella. Café o nada.

Por supuesto, está decorado de punta en blanco con guirnaldas y luces navideñas, y por el altavoz suena I'll Be Home For Christmas. La gran pizarra de los especiales está adornada con un Rudolph, el Reno de la nariz roja, muy bien dibujado en un lateral, como si estuviera hablando en voz alta.

Los llamativos adornos le hacen formar una mueca.

En serio. Ni siquiera ha almorzado y, sinceramente, ya va a llegar tarde a cenar —una ofensa cardinal para su madre, para su suerte navideña—, así que más le vale comprarse algo para sobrellevar la cantidad de coscorrones que está a punto de recibir de sus hermanos.

Ya está empezando; tiene mensajes de Jimin y Minki informándole de que su madre va a trincharla a ella en lugar del asado cuando llegue. Uf, Dios mío, ni siquiera se ha planteado cuántas preguntas y comentarios va a recibir sobre su ruptura.
Si la van a trinchar e interrogar, que sea con toda la cafeína del mundo.

—¿Puedo pedir un…? —El resto de su pedido se desvanece por la sorpresa cuando la camarera se da la vuelta. El pelo rubio cenizo, recogido en una coleta alta, ondea sobre un hombro delgado, y un par de inconfundibles ojos grises como piedras se cruzan con los suyos.

Cuando Menos Te Lo Esperas [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora