Capítulo 13

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Está tallando calabazas en la cocina con Hana, la semana siguiente después del colegio, cuando esta se vuelve hacia ella y le pregunta:

—¿Crees que puedes quedarte a dormir en mi casa en Halloween, después de acompañarnos a pedir dulces? Sería divertido, ¿no?

Byul deja de concentrarse en su calabaza y le lanza una mirada burlona a Hana. La calabaza de Hana ya está lista, con el fantasma estarcido tallado y esperando a ser encendido, mientras que Byul sigue trabajando atentamente en la suya; es realmente la única manualidad que disfruta.

—¿Y dónde voy a dormir? He visto tu habitación, y tu cama no está hecha para las dos.

Hana deja escapar un largo suspiro de sufrimiento como si Byul estuviera siendo una adulta muy tonta.

—En la habitación de mamá, obviamente. Ella tiene una cama más grande.

La mente de Byul la traiciona al recordarle que compartió la cama con Yongsun. Todavía no se puede creer que haya tenido sexo telefónico con Yongsun en persona, porque suena muy diferente a lo que ella hubiera querido hacer a la luz del día.

Más que nada, porque es imposible no pensar en ese intercambio cuando está acostada en la cama por la noche.

El sonido de la voz de Yongsun, su timbre, le producen escalofríos. Está muy mal —muy mal—, pero el número de orgasmos que empiezan con una fantasía de lo que podría haber pasado esa noche si Yongsun lo hubiera deseado es, como mínimo, embarazoso, y ella intenta no pensar en ello.

Se aclara la garganta después de casi apuñalarse con una de las herramientas para tallar calabazas.

—Lo siento, pero creo que deberíamos quedarnos en nuestras camas. —Y no solo por el bien de Byul.

Pero en las tres veces que ha visto a Yongsun desde entonces, sus interacciones siguen siendo un poco… extrañas. No se dice nada al respecto, pero ha notado que Yongsun no la ha tocado desde entonces. Que se queda un poco menos después de cenar.

Es algo bueno, se recuerda siempre a sí misma, porque debería mantener la distancia. Pero, bueno, también le gustaría que Yongsun no sintiera la necesidad de ponerla entre ellas.

Hana resopla en su asiento, con el ceño fruncido, antes de iluminarse de nuevo un segundo después.

—Bien, si no puedes quedarte a dormir, ¿vendrás a la fiesta de Halloween de mi colegio? Mi mamá está ayudando a preparar cosas para la fiesta y… ¡todos nos vamos a disfrazar! Y como te encanta Halloween, también te divertirás, ¿sí? ¿Por favor?

Unos grandes ojos grises la miran con tanta esperanza que no puede negarse.

—Allí estaré.

—¡Sí! —El grito de Hana es triunfante mientras se desliza hacia delante en su silla en un instante, golpeando su calabaza por accidente para que ruede sobre su lado.

—¿Lo prometes?

—Bueno, me encanta Halloween. —Byul ofrece su dedo meñique, cubierto de tripas de calabaza y todo. Hana une los suyos y suelta una risita cuando sus dedos resbalan el uno contra el otro.

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Byul no miente: Halloween es su fiesta favorita. Es la única para la que pone decoraciones alrededor de su apartamento. Hana había ayudado este año, colocando encantada la tela de araña falsa alrededor de su puerta.

Tiene planes para ese día. Después de pasar probablemente toda la mañana, si no más, en una reunión, se dirigiría a casa para ponerse su disfraz de Dana Scully, asistir a la fiesta de Halloween de Hana y luego pedir caramelos con Yongsun, Hana y sus sobrinos. Dulces gratis era la idea que Byul tenía de un buen momento y, desde que tenía niños a los que llevar a pedir dulces, había sido una participante activa.

Cuando Menos Te Lo Esperas [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora