El encuentro con la Diosa

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Era una mujer hermosa con cabello negro como la noche, piel blanca y unos ojos azules que no perecían ser de este mundo, la veía directamente a sus ojos y le daba la impresión que ya se habían visto antes, una extraña sensación le ocasionaba la presencia de esa mujer. Sin darse cuenta la doctora ya se encontraba a escasos centímetros de él cuando lo tomo de la mano para revisar su herida un cosquilleo le recorrió todo el cuerpo.

-Esa herida es profunda jovencito, es mejor que te atienda lo antes posible o podría infectarse- Y sin decir mas saco un pañuelo de su bata se lo ato en el brazo herido y se lo llevo rápidamente hacia el el hospital tomándolo de la mano sana. La mujer y la anciana también los siguieron, la doctora les pidió entrar en un consultorio diciendo que en unos minutos un colega suyo las atendería, mientras ella se llevo a Shun a otro consultorio mas alejado.

Entraron al cuarto y la mujer le pidió que se sentara en la camilla, era un cuarto pequeño con una sola ventana, la doctora estaba trabajando limpiando su herida y Shun no podía dejar de verla era hipnotizante su bello rostro, pero para el joven santo no solo era eso, algo mas le llamaba la atención de ella.

-¿Tengo algo en el rostro?- pregunto de repente la medico al ver que el chico no dejaba de contemplarla, esta pregunta sonrojo bastante al santo.

-¡No....no, disculpe si la incomode- Lo dijo con el rubor en el rostro, pero al tener el contacto de las manos de la doctora en su piel le resultaban familiar, era como si ya conociera ese contacto. De repente un nombre se le vino a la mente "Saori", era como estar con su diosa, esa presencia le resultaba similar a cuando Athena estaba con el ."¡¿Pero como era posible eso?!" pensó el muchacho, la señorita Saori era una diosa y la Doctora era solo eso, una humana ¡¿O no..?. No supo de donde saco el coraje pero sin darse cuenta se le salieron las palabras. - ¿Solo que?...

-¿Si?.- pregunto la mujer, animándolo a seguir hablando, mientras seguía vendando su brazo.

- Usted me perece muy familiar, como si la hubiera conocido de tiempo atrás ...- Shun reacciono de sus propias palabras, al darse cuenta de la cara de asombro que la Doctora puso, supo de inmediato que lo que dijo estaba fuera de lugar.-¡Disculpe!, mi comentario fue inapropiado, perdón si la incomode, pero es que me recordó a alguien que conozco- Shun estaba avergonzado por lo que dijo pero la mujer por su parte solo sonrió.

-Eres muy perspicaz, a pesar de que me disfracé, fuiste capaz de sentir mi presencia- Dijo la mujer cambiando totalmente su semblante.

-¡¿Qué dice?!-Shun no tuvo oportunidad a reaccionar debido a que fue empujado hacia la camilla con tal fuerza que lo tomo por sorpresa, no podía moverse, la fuerza de esa mujer no era normal, incluso la camilla empezaba a crujir por la presión que se estaba ejerciendo. Con una sola mano en el pecho del santo estaba dominando la situación.

-Aun no es tiempo de que me revele, solo quería tenerte cerca y ver ese hermoso corazón tuyo- La mujer se acerco mas al rostro del chico y sintió como su otra mano le acariciaba el rostro.

-¡¿Quién eres y que quieres?!- Pregunto Shun intentando librarse del agarre que lo tenia inmovilizado. De repente una fuerte corriente eléctrica salió de la mano de esa mujer ocasionándole un dolor considerable en el pecho al santo.

-Dentro de poco lo sabrás, pero por ahora no recordaras nada de este encuentro- Y subiendo la intensidad de la descarga espero a que el joven caballero cayera en la inconciencia. Shun por su parte trato de resistir todo lo posible para no dormirse, pero no pudo hacer nada, empezaba a ver borroso y el dolor no lo pudo soportar mas y al final sucumbió al ataque.

Cuando el caballero de Andrómeda se encontraba inconsciente la mujer retiro la mano de su pecho satisfecha de lo que había sucedido con este encuentro.

El renacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora