Olvidó

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Caminando sobre la hojarasca del bosque sin saber hacia donde exactamente, se dejaba guiar por los institutos y un extraño presentimiento, parecía no tener fin ese lúgubre lugar, era oscuro y frío como si la muerte hubiera escogido un lugar para esconderse y no salir jamás, las ojas de los árboles eran muy tupidas no sabía si era de día o de noche, no se podía ver ni una sola estrella en el cielo, el camino parecía interminable sin embargo al llegar a un claro una figura encapuchada se encontraba de pie, por alguna razón esa presencia le causo una sensación extraña en su cuerpo, algo le decía que diera media vuelta y saliera de ese lugar pero no pudo. No supo cómo, pero sin darse cuenta ya se encontraba caminando hacia la figura que estaba en el centro del claro, cuando se encontraba a espaldas de él, lo pudo ver más claro, era alguien mucho más alto que el no pudo ver si ese ser fuera humano nada de su cuerpo se dejaba ver, fue entonces que una voz tenebrosa se escuchó.

- "Te estaba esperando"- Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, no pudo moverse cuando el ser frente se dió la vuelta no pudo ver el rostro de quien lo habló, no había cara, solo era oscuridad.

-¿Quien eres?- Pregunto el aún petrificado muchacho al ver el ser que tenía enfrenté de él.

- 'Tu sabes quién soy".- Contestó y en un rápido movimiento tomo al joven de ambos brazos y lo acerco hacia él, fue entonces que pudo ver dentro de esa oscuridad que había en ese hombre, no todo era negrura habia pequeños destellos muy parecidos a las estrellas, pero eran demasiadas era como si fuera el universo. - " Soy tu pasado, parecente y futuro"-

-!¿Que?!- Antes de poder reaccionar, el suelo donde se encontraban de pie, desapareció y se encontraban callendo, pero el hombre no lo soltó, la capa que lo cubría se desprendió y se podía notar que todo su cuerpo era de oscuridad, fue entonces que este dejo de tener forma de humano y se transforma en lo que parecía ser una mancha oscura, como si de una tinta se tratara, el chico, sentía que aún lo tenía sujeto de los brazos y pudo sentir como las manos que anteriormente lo sujetaban ahora se estaban introduciendo en su cuerpo. Poco a poco toda esa oscuridad se apoderba de él, no podía moverse, tampoco respirar, solo sentía perderse en toda esa negrura que poco a poco se apoderaba de él.

Con un fuerte movimiento de su cuerpo, Shun pudo despertar, se tomó un momento para poder respirar, sentía que el aire no pasaba por sus pulmones, tomó su pecho por el dolor que le causaba, cuando por fin su respiración se estabilizó se dio cuenta de dónde se encuentra, era una habitación muy elegante con estilo gótico clásico, la cama donde se encontraba era grande demasiado para una sola persona, tenía unas cortinas negras en la parte de la cabecera, que hacían juego con las sábana y cobijas que lo cubrían. Se preguntaba que hacía en ese lugar, cuando recordó que lo último que hizo fue discutir con la Diosa que lo secuestro y lo llevo a quien sabe a dónde a cumplir una tarea de salvar a los muertos y también a los vivos, pero ¿Cómo quería que él pudiera hacer eso? ¿Que quería exactamente de él?. Aún no tenía claro el propósito de la Diosa del inframundo, pero algo si sabía, pasará lo que pasará con él, tenía que afrontar esa situación en bien de sus amigos y su Diosa Athena. Se dispuso a salir de la cama, para averiguar dónde estaba, debido a que no había rastros de Perséfone ni de los dos espectros que la acompañaban, cuando salió de la cama pudo apreciar mejor la habitación donde se encontraba, había dos puertas al fondo de la habitación camino hacia una de ellas esperando encontrar la salida pero cuando tomo el pomo de la primera puerta está estaba cerrada. "Cómo lo imaginé", pensó Shun al descubrir que efectivamente se encontraba encerrado en ese cuarto, aunque el sabía que si trataba de escapar de Perséfone ella tomaría represalias contra Athena y aún que le había dicho él mismo que no trataría de ir de regreso al santuario la Diosa aún no confiaba en él y lo encerró en esa habitación. Un poco frustrado empujo la puerta sin resultado, así que decidió probar con la otra puerta que estaba a un costado de la habitación, camino hacia ella y para su sorpresa está si abrío. Al abrir la puerta Shun pudo observar que había otro cuarto conectado, pero era muy diferente, en el que solo se encontraba un tragaluz en el techo, con unos ángeles y serafines dibujados en él, una tenue luz escapaba por los cristales, en la habitación no había muebles lo único que había era una gran arpa de color dorado que le llamo mucho la atención a Shun. Camino hacia ella parecía que nadie la había tocado en algún tiempo debido a que tenía polvo, cuando se acercó a ella pudo ver su reflejo en un costado del instrumento, se consentro en sus ojos los cuales parecían ya no ser los mismos, una cantidad de luz se había apagado en ellos. Fue entonces que al mirar un poco más, pudo ver a sus espaldas y noto que alguien estaba atrás de él, dio la media vuelta rápidamente y no podía creer lo que veía.

El renacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora