Parte 7

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A la mañana siguiente, Mina se despertó muy temprano como de costumbre, logro ver qué el día parecía estar hermoso y no tenía mucho que hacer debido a que él día anterior había terminado con gran parte de sus obligaciones. No estaba segura de traer a Chaeyoung, porque no la necesitaba para nada, así que prefirió no molestarla, lo que si la tenía un poco inquieta, era la gatita. Rápidamente se vistió y fue a la habitación que eligió para ella, apenas abrió la puerta escuchó los maullidos de la pequeña y su corazón se apretó, comenzaba a pensar que estaba muy sola allí y era demasiado pequeña para eso.

Tomó su mantita y la levantó en sus brazos, llevándola con ella al patio trasero, dónde desayunaria y a la vez se encargaría de alimentarla también.

—Eres como un pequeño osito. —Le murmuró con ternura, la gatita la miró con sus ojos azules y volvió a emitir su sonido tan particular, Mina sonrió. —Dios, ¿Qué estoy haciendo?. —Dijo mirando hacia el cielo, en su vida se imaginó tener una mascota y aquel animal comenzaba a generar muchas cosas en ella. Durante el desayuno y luego de alimentarla, se durmió, así que Mina la dejó en el cómodo sillón a su lado, mientras leía tranquila un libro bebiendo de su té.

—¡Minari!. —Se sobresaltó cuando escuchó la voz chillona de Sana, miró a la entrada y la vio hacer su entrada ruidosa y triunfal, preocupada miró a su lado y vio al gatito abrir los ojos, se enfadó de inmediato.

—¡Sh! No hagas tanto ruido. —Se quejó, su amiga la miró confundida, acercándose a ella.

—¿Por qué... ¡Ay! ¡Un gatito!. —Volvió a chillar y Mina la miró de manera fulminante, Sana ni se inmutó, estaba acostumbrada a que su amiga tuviera esa mirada asesina.

—¡Sana! Déjala, está durmiendo. —Le dijo cuando vio que la japonesa iba directo a tomarla en sus brazos.

—Pero.. no entiendo, ¿Desde cuándo te gustan las mascotas?. —Preguntó confundida, tomando igualmente al gatito en sus manos y poniéndola encima de ella mientras se sentaba frente a la reina, quién la miraba de mala manera por no cumplir sus órdenes.

—La encontramos en el terreno que fui a ver ayer, el que te había comentado. —Respondió con desen, Sana frunció el ceño.

—¿Encontramos? ¿Tú y quién más?. —Preguntó con cierto tono juguetón, Mina puso los ojos en blanco.

—La princesa Chaeyoung. —Dijo sin interés tomando de su té. —Binx es de ella, insistió en quedarsela pero no puede llevarla a su castillo, tienen perros allí.—Justifico, Sana podía jurar que su mandíbula estaba tocando el suelo, se encontraba incrédula a lo que estaba escuchando.

—¿Accediste tenerla acá por la princesa Son? Increíble. —Rio, Mina la miró confundida. —Aflojó tu corazón.

—No lo hizo, accedí solo porque es tan insistente que me hace doler la cabeza. —Se quejó.

—¿Cuándo terminarás tu castigo hacia la princesa Son?. —Preguntó acariciando el pelaje del gatito, mirándolo curiosa, aquel animal era un claro signo de que Chaeyoung estaba generando algo nuevo en la japonesa, Sana estaba más que consciente de que no era un simple gesto de amabilidad viniendo de Mina, era más que eso, y estaba intrigada de saber cómo seguiría.

—No lo he decidido aún.

—¿Hoy vendrá?. —Mina negó rápidamente.

—No, por el momento no la necesito, no tengo nada importante que hacer hoy. —Sana levantó una ceja.

—Invitala. —Pidió, Mina la miró extrañada. —Quiero conocerla, sólo sé de ella por Jeong-hoon, pero nunca tuve la oportunidad de hablarle.

—¿Y por qué quieres hacerlo?. —Dijo bajando su libro y prestando más atención a Sana, quién sonrió coqueta encogiéndose de hombros.

Castle / MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora