Capítulo 13 - O Sole Mio

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Tras aclarar los malentendidos que les habían enfrentado, Taehyung sintió una ligera decepción al darse cuenta de que, si bien Jungkook y él ya no tenían ninguna razón para odiarse, tampoco tenían una para volver a comportarse de forma cercana. Antes de su discusión, cualquier razón era buena para compartir unos minutos charlando, ya fuese de camino a las clases o por mensajes de móvil por la noche. Pero tras separarse en la puerta del conservatorio el día que arreglaron el conflicto, sólo había recibido silencio por su parte. Por supuesto, si se cruzaban por los pasillos Jungkook le saludaba cortésmente con una sonrisa, pero ahí se terminaba su interacción.

Y Taehyung se sentía estúpido por estar decepcionado. Al fin y al cabo, Jungkook había dicho aquel día que antes le gustaba, dando a entender que era cosa del pasado. Pero comprobar con sus propios ojos cómo el chico no hacía el menor intento por mantener contacto con él solo confirmaba que su oportunidad había pasado de largo.

Sin embargo, las razones de Jungkook eran más bien las opuestas a las que pensaba el violinista. Desde aquella conversación en el salón de Taehyung, se había sentido tan culpable por todo lo que había hecho, que se sentía indigno de su perdón. Cuantos más días pasaban, más consciente se hacía de las barbaridades que había cometido en contra de la persona a la que quería, y peor se sentía al respecto. Y eran aquellos remordimientos los que le habían llevado a no hablar con Taehyung, más como un castigo para sí mismo.

Pero su preocupación por Taehyung seguía intacta, más aún al saber la situación personal en la que vivía. Haría lo que fuese por protegerle, aunque aquello significase hacerlo desde las sombras. Fue por eso por lo que ideó un plan para que, al menos, se pudiese volver a sentir a salvo en su lugar seguro. Habían sido unos días complicados, llenos de conversaciones muy difíciles de digerir y mucha planificación. Pero finalmente, la espera había llegado a su fin.

A lo lejos, Jungkook vio a Jimin y a Hoseok dirigiéndose a las escaleras, y corrió detrás de ellos para interceptarlos.

—     Hola, chicos—dijo sin aliento el chico al conseguir tenerles frente a él.

—     Hola, Jungkook, ¿cómo estás? —dijo Jimin, claramente incómodo.

—     Bien, pero necesito vuestra ayuda con algo.

—     Si quieres hablar con Taehyung solo hazlo, el pobre se está volviendo loco —intervino Hoseok.

—     No, yo... Está mejor sin mí—balbuceó Jungkook—Pero vamos al grano, me imagino que sabéis lo que le hizo Bogum.

—     Ese desgraciado...—dijo entre dientes Jimin—Gracias por salvarle, si no hubiese sido por ti, no me quiero ni imaginar lo que hubiese hecho ese salvaje.

—     Tengo planeado algo para intentar terminar en secreto con él, pero sin implicar a Taehyung. Pero quiero que él sea testigo para que deje de vivir con miedo aquí. ¿Podríais llevarle a la hora del descanso a la entrada del edificio?

—     Todo lo que sea destruir a ese niñato malcriado tendrá nuestro apoyo—respondió Hoseok— Pero Jungkook, él no está mejor sin ti. Sabemos por Yoongi que eres una buena persona, aunque te comportases como un idiota. Solo habla con él, te echa de menos.

—     Yo...bueno...lo pensaré—respondió evasivamente Jungkook antes de desaparecer por el pasillo para ir a su clase— Y por favor, no le digáis nada, no quiero que sepa que he estado implicado en esto.

Unas horas más tarde, Taehyung revolvía su té con leche mientras le daba pequeños mordiscos a una tostada de pan con mantequilla, observando con curiosidad lo inusualmente vacía que estaba la cafetería aquel día mientras esperaba  a que sus dos amigos llegasen. Sin embargo, cuando entraron en la cafetería, se acercaron a él sin pedir nada en la barra y le arrastraron a la calle. Dio igual que Taehyung protestase porque no quería exponerse al frío invierno de Seoul, que ambos fueron tan insistentes que no le quedó más remedio que doblegarse a sus caprichosos deseos.

Entre notas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora