KNEEL | TOM RIDDLE ✓

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UN SÁBADO POR LA NOCHE CONTIGO

—Tom, como que me estás asustando con toda esta prisa. Ni siquiera me dejaste cenar en paz.—se quejó Seraphina mientras Tom la arrastraba de la mano al baño del primer piso.—Incluso voy a preguntar cómo descubriste que la abertura de la cámara estaba en el baño de chicas.—dijo mientras seguían caminando a toda prisa.

—Fue simplemente un accidente.—señaló Tom y ella puso los ojos en blanco.

—¿Así que accidentalmente terminaste en el baño de chicas? Eso es interesante.—comentó sarcásticamente.

—Estaba patrullando el primer piso cuando escuché ruidos en el baño.—comenzó a explicar.—fui allí para ver quién estaba rompiendo las reglas y encontré a una estudiante de tercer año de Ravenclaw adentro llorando a mares. Obviamente tenía que hacerlo. Le quité puntos y le dije que se fuera inmediatamente. Fue entonces cuando fui a lavarme las manos en el fregadero y vi los patrones de serpientes en él. Ahora había estado buscando por tanto tiempo alrededor del castillo en busca de la entrada a la Cámara y nunca encontré tal cosa. Verás, ese baño era uno de los únicos lugares en los que no había buscado, así que se me ocurrió que tal vez ese lavabo tenía algo que ver con eso. Y no me equivoqué.

Cuando finalmente terminó de explicar cómo encontró la cámara, ya estaban frente al baño.

—Honestamente, tengo miedo.—dijo mientras él abría la puerta y entraban al baño vacío.

—No, no dejaré que te pase nada.—cerró la puerta y la pareja caminó hacia el gran fregadero de piedra.

—Tom, por mucho que aprecio que confíes en mí lo suficiente como para contarme sobre la cámara secreta con la bestia gigante, no estoy segura de querer entrar a un fregadero.

Tom ignoró sus quejas.—¿Estás lista?.

—No.

Una vez más, él la ignoró y comenzó a hablar en pársel al fregadero, ella no podía entender nada de lo que decía, pero sabía lo que estaba haciendo. Lo había escuchado hablar pársel demasiadas veces en su vida y no era una sorpresa que su inusual habilidad tuviera algo que ver con la apertura de la cámara de Salazar. Después de todo, Tom era su heredero y solo él tenía el poder de abrirlo.

Seraphina dio un paso atrás cuando el fregadero comenzó a moverse lentamente, con los ojos muy abiertos mientras comenzaba a hacerse más grande y crear una entrada secreta. Merlín, realmente estaba sucediendo. Cuando las grandes piezas del fregadero finalmente dejaron de moverse, se acercó a la entrada y tragó saliva al no poder ver el fondo del agujero gigante.

—¿Se supone que debemos saltar?.

—Sí. Yo iré primero y cuando llegue abajo te gritaré para que me sigas.—dijo colocando sus pies encima de la piedra. Seraphina lo miró con miedo en sus ojos.—¿Me escuchaste?.

—Sí. ¿Estás seguro de que esto es seguro?.

—Créeme, cariño, es absolutamente seguro.—le aseguró, antes de saltar al interior del oscuro agujero. Seraphina tragó saliva cuando él desapareció y se quedó sola en el frío baño. Después de unos segundos, finalmente escuchó su voz.—¡Estoy aquí! ¡Salta!.

Suspiró profundamente antes de levantarse lentamente sobre la piedra.—Merlín, quédate conmigo.—oró, antes de cerrar los ojos y saltar sobre el gran agujero.

Sintió el viento en su cabello mientras caía sobre una superficie y se dio cuenta de que no estaba saltando hacia el final de la entrada, en realidad se estaba deslizando hacia el final. Sólo le tomó unos segundos llegar al fondo y de repente sintió mucho más frío que antes.