KNEEL | TOM RIDDLE ✓

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LA POCIÓN

—¿Eres jodidamente estúpida, Seraphina? En serio, ¿en qué diablos estabas pensando?.—Abraxas sacudió la cabeza, mirando a la bruja frente a él comiendo su almuerzo.—Ya es bastante malo que estés enamorada de Riddle, pero decirle que lo amas es aún peor.

Ella puso los ojos en blanco.—Gracias, Brax. Como si no lo supier. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?.—La bruja dejó caer el tenedor en el plato y enterró la cara entre las manos.

—¿Han hablado ustedes dos desde anoche? Su cama estaba vacía anoche, pensé que estaba contigo.—comentó apoyando los codos en la mesa.

—No, simplemente desapareció sin decir una palabra. No lo he visto desde entonces.—suspiró Seraphina, levantando la cabeza de sus manos.—Leo también se alejó de mí cuando dije eso, estaba actuando como si lo hubiera apuñalado él o algo así. Desearía poder retirar lo que dije. ¡Merlín, soy tan estúpida!.

—Phiny, cálmate. Lo hecho, hecho está. Y si te hace sentir mejor, si le dijeras esas palabras a una persona normal, ni siquiera sería un problema. No es tan raro admitir tus sentimientos.—dijo y tomó su mano entre la de él y la apretó ligeramente.—Pero tenías que elegir a la persona más problemática de Hogwarts de quien enamorarte y ahora sólo tienes que lidiar con su personalidad.

Él tenía razón y ella lo sabía. ¿Por qué tuvo que enamorarse de Tom Riddle cuando había tantos chicos sencillos e interesantes en el castillo? Se culpó a sí misma por ser tan débil y estúpida.

—He estado tratando con él durante tantos años que pensé que ya no podía sorprenderme.—admitió, mirando el plato frente a ella.—Pero ahora es diferente, ¿sabes?.

Abraxas asintió con la cabeza.—Lo vi venir, pero nunca pensé que sería tan pronto.

—¿Lo hiciste?.

—Por supuesto, todos lo hicimos. Ustedes dos siempre han sido demasiado devotos el uno del otro, en diferentes maneras, obviamente.—le acarició la mano con el pulgar.—Eres mi mejor amiga, Phiny, y Tom también es bastante cercano a mí también, por lo tanto lo conozco tanto como él me permite. Y puede que no sepa mucho sobre él, pero sí sé que no es alguien que tenga compromisos ni conexiones fuertes.

Seraphina suspiró, rascándose la nuca.—A él simplemente no le gusta la codependencia. Pero no busco nada serio con él, sé que es imposible.

—¿Qué vas a hacer?.—Abraxas preguntó después de darle un mordisco a su manzana.

Ella se encogió de hombros.—No tiene sentido negarlo, pero creo que simplemente ignoraré lo que pasó y espero que él también lo haga.—respondió, esperando que su plan saliera bien. Se sentaron en silencio durante unos minutos, simplemente almorzando y pensando en lo que podría pasar cuando ella volviera a mirar a Tom.—¿Dónde crees que pasó la noche?.—Preguntó Seraphina, recordando de repente que no estaba en su dormitorio según Abraxas.

—En la cama de otra persona.—sonrió, viviendo para ver esa mirada enojada en su rostro.—Bromea, broma. Es Riddle, probablemente pasó toda la noche haciendo rondas para poder quitarle puntos a otras casas.

Seraphina quería creer sus palabras, porque la imagen de Tom durmiendo con otra persona le daba ganas de llorar y golpear a alguien al mismo tiempo. Por supuesto, también existía la posibilidad de que Tom pasara la noche en la Cámara Secreta, eligiendo a su próxima víctima. Por muy enfermizo que fuera, preferiría saber que él estaba petrificando a alguien que durmiendo con otra persona.

—Tengo algo más que decirte.—Abraxas bajó la voz y ella lo miró con curiosidad.—hablé con Magda sobre la poción que necesitas.

—¿Quién es Magda?.