En aquel piso pequeño ella estaba en su cuarto esperando a que esos gritos se apagasen, cada día antes de salir de su cuarto esperaba tranquilamente a que las cosas en casa se relajasen, mientras intentaba recordad cuando fue la ultima vez que les vio a todos sonreír o no gritarse, se arreglaba un poco en el espejo de su cuarto, viendo esas profundas ojeras que tenia y entonces perdida en sus pensamientos escucho el típico portazo, miro la hora 8 en punto.
Al salir de su cuarto dio los buenos días a su padre, se puso a desayunar con el y pudo ver en sus ojos la tristeza que emanaban sabia que su padre la amaba con locura, pero su madre era otro caso.
Salio de casa, cogió la moto y se fue a su rutina diaria, primero al gimnasio, cuando llego allí se encontró con su mejor amiga, Sara, que la esperaba como siempre, desde que se conocieron en primaria nunca la había dejado de lado y ahora solo puede pensar que ella nunca llegue a pasar por lo que ella ha pasado, por que la quiere lo suficiente como para matar a quien se le ocurra tocarle un solo pelo y fue entonces cuando se dio cuenta de que le estaban hablando, Martín, el novio de Sara
-Como estas Eli? Te veo un poco mal, tienes mas ojeras de las que normalmente sueles tener
-oh, perdón Martín no te he visto, estoy bien gracias por preguntar, simplemente mala noche
-Bueno chicos, vamos a darle duro hoy en el gym?- pregunto Sara
Entramos al gym y fue entonces cuando la vi, la peor persona que puedo recordar, estaba ella aquí, no había otro maldito gimnasio en toda la ciudad ¿que tiene que venir al que estoy yo?
Vi a Sara y a Martín mirarme, asique simplemente les di una sonrisa y empezamos con la rutina de siempre, hoy tocaba piernas, asique manos a la obra, mientras había sentadillas con peso, la veía mirarme, joder, por que tiene que estar aquí, bueno, no creo que vuelva a humillarme como en el instituto, después de casi tres horas bastante incomodas entrenando, era la hora de irse y fue entonces cuando me paró
-Perdón Elisabeth, solo era una cría- la mire con odio
-¿Solo eras un cría? Yo también y nunca te humille, maltrate, pegué o amenacé, lo siento Lissa pero no puedo perdonarte, fuiste una de las personas que hizo que estuviese en el hospital durante un maldito mes, asique Lissa no puedo perdonar a alguien que casi me mata, por que eras solo una cría.
-Vamonos Eli
Me fui de allí con Sara, bajo la atenta mirada de Lissa, cuando salimos del gimnasio abrace a Sara llorando
-¿No había mas gimnasios en esta ciudad?- sonreí lo mejor que pude
-Lo se cariño pero no puedes dejar que esto te hunda ahora, has salido de mil situaciones peores y no le vas a dar el gusto ahora de dejar de venir, y recuerda eres mi mejor amiga, fui yo la que estuvo contigo en ese hospital. Te quiero mucho Eli
-Gracias Sara, no se que haría sin ti la verdad
-Nos vemos mañana Eli
Me monte a la moto y me fui, a trabajar en aquel bar donde aunque me explotaban, me podía liberar de todo lo malo que me había pasado ese día.
Llegue allí casi a la 1 y estaba mi compañera Cassi, que como siempre llega un poco antes, nunca la he visto llegar tarde en este tiempo que lleva trabajando conmigo, cuando me vio como siempre se puso a hacerme el café solo doble que solía beberme, deje todas mis cosas en el vestuario, le di las gracias por hacerme el café, mientras hablábamos de cosas sin sentido, nos pusimos a preparar las cosas para los menús de medio día, parece que hoy iba a ser un día bastante duro, terminamos a las 6 de la tarde de dar las comidas entonces era el momento de sentarnos a comer nosotros y preparar el turno de tarde, cuando nos quisimos dar cuenta eran las 12 de la noche y teníamos que cerrar.
-Oye Eli, ¿me podrías llevar a mi casa hoy?
-Claro, ¿pero no viene Cissa?
-Le han concedido la beca para estudiar diseño y se ha mudado de ciudad para comenzar con los tramites, asique mi pequeñita hermana se ha ido. Me dijo que me despidiera de ti que te ha cogido mucho cariño.- mientras íbamos hacia la moto
-Me alegro de que le hayan dado la beca se lo merecía, no lo digas como si no la volvieses a ver nunca por que si hace falta te llevo yo para que la puedas ver.
Y ahí está esa sonrisa que tantas veces he dibujado, esa sonrisa que me ha mostrado muchas veces de forma esporádica pero yo quiero que la tenga siempre en su boca, no sabe lo mucho que me gusta verla así, tampoco sabe que he dibujado su rostro para regalárselo a ver si se puede ver como yo la veo.
Le pasé el casco y me subí a la moto, cuando aceleré me abrazó, sentir su calor me hace respirar tranquila, fuimos despacio hasta su casa, cuando se bajó, sentí como el frio volvía a mi, me bajé para guardar el casco, le di las buenas noches y esperé a que subiese a casa entonces me fui yo a la miá, estaba en la otra punta, pero solo por verla un poco más valía la pena, llegue a casa con cuidado para no despertar a nadie y me fui derecha a mi habitación, me puse el pijama y fui al aseo de mi cuarto, me quité el sutil maquillaje que llevaba, y me dispuse a dormir, si es que esta noche podía hacerlo, después de dar veinte mil vueltas, desistí de seguir intentando dormir, me levante, y me puse a dibujar, empece por una rosa negra con tonalidades rojas y al terminar me empezó a entrar sueño, mire la hora 4 de la madrugada, creo que es hora de dormir
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Musa
RomanceElisabeth nunca imaginó en volver a verla Ella no se imaginó todo lo que llevaría esto