Capítulo 23

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A la mañana siguiente me desperté y la vi dormida, iluminada con unos pocos rayos de sol que se filtraban por la persiana, me puse a acariciar su espalda con mis uñas y se me ocurrió hacer una cosa, bajé despacio, procurando no despertarla y cogí de mi maleta mi cuaderno de dibujo, me puse a dibujar a la persona más hermosa que había conocido hasta la fecha, justo en esa posición, con esos rayos de luz entrando por la ventana, cuando acabé el boceto rápido, la vi moverse un poco y no tardé en subirme a la cama encima de ella para regalarle

- Buenos días mi amor, como has dormido

- Buenos días, pff contigo a mi lado he dormido mejor que nunca

- Te hice algo

- Enamorarme, ya lo se

- No boba, otra cosa

Le enseñé el boceto rápido y le susurré – Imagina lo que puedo hacer si me dejas – Se puso a llorar, me abrazó – Te doy todo el tiempo que quieras mi amor si vas a hacer esto cada vez que me despierte – La amo – Eres jodido arte amor.

Nos duchamos, bueno, no solo eso, nos fuimos luego a pasear y a comer, nos pasamos toda la semana entre besos, caricias, sexo y explorando la ciudad, cada noche a su lado era perfecta, no me ha presionado en ningún momento, siempre iniciaba yo, creo que ella tenia miedo de que si lo hacia me pudiese sentar mal, pero ya hablaremos de esto en otro momento, terminó la semana y volvimos cada una a nuestra casa y ya la echo de menos, había quedado con Sara para contarle como ha ido la cosa, llegué a casa de Sara y le conté como había ido todo, obviando toda la intimidad, solo le conté que habían sucedido cosas, llamame loca, pero tampoco creo que sea necesario que tu mejor amiga sepa con pelos y detalles todo lo relacionado con como follas con tu pareja, simplemente le dije que había sucedido y au, pasaron las semanas y todo iba genial, la relación con Lissa iba viento en popa, la había presentado a mi padre y habíamos quedado hoy para comer con su madre y mi padre, todo fue bien, además su madre estaba ansiosa por conocerme, parece que Lissa, no para de hablar de mi jajaja, cuando acabamos de comer nuestros padres se fueron a trabajar Lissa y yo nos fuimos a su casa, me acerqué a la cocina a beber agua cuando ella me abrazó por la espalda

- Sabes una cosa cariño??

- Dime?

- Mi madre te ama

- Que lastima por que yo te amo a ti

- Joder cariño estoy tan orgullosa de tenerte en mi vida, cada segundo que paso a tu lado es mejor que el anterior y en este momento no puedo demostrar lo feliz que estoy de haber podido arreglar las cosas contigo pero me has hecho la mujer mas feliz del mundo

Me di la vuelta para mirarla a los ojos y vi que ella miraba mis labios, en cuanto me quise dar cuenta rojo y negro se estaban fusionando, esta mujer me va a dejar sin aire, acarició mi cuerpo por encima de la ropa y dejo un rastro de besos por mi mentón hasta mi cuello, hizo maravillas con su boca y me subió encima de la encimera de la cocina, me miró con intensidad y se juntó a mi cuerpo besándome con delicadeza - creo que me he quedado con hambre - y fue ahí cuando quito con cuidado mi camisa y con un gesto ágil de sus manos se deshizo de la prenda de lencería que llevaba en mis pechos, atrapándolos con su boca, mientras su otra mano bajaba delicadamente hasta mi pantalón, desabrocho los botones y me los quitó junto con las bragas, me miró a los ojos pidiendo permiso, se lo cedí encantada, creo una danza de besos bajando por mi cuerpo y cuando llego a mi sexo, me agarro del culo, me acercó a su boca y empezó a comérmelo, como si de un delicioso manjar se tratase, yo gemía mientras tanto su nombre, cuando la pasión de este momento me dejaba recuperar algo de aliento, acabe por correrme en su boca, culminando su trabajo con un beso en si centro, subiendo poco a poco por mi cuerpo y acabando en mi boca

- Eres preciosa Elisabeth

- Te amo Lissa

MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora